La Verdadera Unción: Un Entendimiento Bíblico que Revela a Cristo como el Espíritu.
En el
cristianismo actual, la unción se ha vuelto un concepto malentendido. Muchos la
asocian con manifestaciones emocionales, experiencias sobrenaturales, o la
perciben como una fuerza o energía que viene y va en templos. Sin embargo, un
examen de las Escrituras revela que la verdadera unción no es un evento o una
cosa, sino la presencia del Espíritu Santo.
Del Ritual a la Realidad: La
Unción en la Palabra de Dios
En el Antiguo
Pacto, la unción era un acto físico y simbólico. Se usaba aceite para
apartar a reyes, sacerdotes y profetas para el servicio de Dios, como un
símbolo de la presencia y el propósito divino en sus vidas.
Pero con la venida de Jesús, la sombra (el ritual del
aceite) fue reemplazada por la realidad. El Nuevo Testamento nos enseña que la
unción del creyente es el Espíritu Santo
mismo.
2 Corintios
1:21-22 lo aclara: "Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el
que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado y nos ha dado las arras
del Espíritu en nuestros corazones."
La unción ya
no es un aceite físico, sino una presencia divina y permanente que Dios ha
puesto en cada creyente.
El Señor Jesús es el Espíritu
Las Escrituras revelan que el Señor Jesús y el Espíritu
Santo no son seres separados, sino que son uno.
● 2 Corintios 3:17 declara explícitamente: "Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad."
●
Juan
14:18 muestra a Jesús prometiendo: "No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros." Su venida se
cumplió con el envío del Espíritu Santo, demostrando que el Espíritu es la
presencia misma de Jesús en nosotros.
Esta
revelación es la clave para entender la verdadera unción.
La Unción es el Maestro Interior
Ahora, consideremos la declaración de Jesús en Mateo 23:8: "Pero vosotros no permitáis que se os llame ‘Maestro’; porque uno solo
es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos."
Esta verdad cobra un significado profundo al leer 1 Juan 2:27: "Pero la unción que vosotros recibisteis de él, permanece en vosotros, y
no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña
todas las cosas... según ella os ha enseñado, permaneced en él."
La lógica bíblica es irrefutable:
●
Si Jesús es el único Maestro.
●
Y la unción es la que nos enseña "todas las
cosas".
●
Entonces, la unción debe ser el Maestro.
Sin temor a equivocarnos podemos decir que
la Unción, es el Maestro, Cristo en nosotros. La unción no es una fuerza
mística, sino una persona: el Cristo vivo en nosotros.
La Plenitud de la Deidad en Cristo
No hay espacio para otra entidad. La Escritura describe
a un solo Dios, que es Espíritu y es Santo, y esta Deidad se manifiesta
plenamente en la persona de Jesucristo.
● Dios es
Espíritu: Juan 4:24 - "Dios
es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le
adoren."
●
Dios es
Santo: Apocalipsis 4:8 -
"Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es,
y el que ha de venir."
Esta misma naturaleza divina se atribuye a Jesús y al
Espíritu.
●
Jesús es
el Señor: Juan 13:13 -
"Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy."
● El Espíritu Santo es Dios: Hechos 5:3-4- “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó
Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo? …No has mentido a
los hombres, sino a Dios.
Y también:
●
El Espíritu
es el Señor: 2 Corintios 3:17 -
"Porque el Señor es el Espíritu..."
●
El
Espíritu es Santo: Juan 14:26 -
"Mas el Consolador, el Espíritu Santo..."
La Deidad
está completa en Jesucristo, el único en quien reside toda la plenitud (Colosenses 2:9). Es por esta razón que
Él es digno de toda adoración en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra.
Conclusión: La Verdadera
Adoración
Este conocimiento desvía la atención de los rituales y
espectáculos. La unción no es algo que se "baja" o se
"derrama" en un edificio, porque el Espíritu ya mora en el creyente.
Como dice Juan 4:24, "Dios es
Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le
adoren."
La verdadera unción
es la presencia del Señor Jesús que vive en nosotros, guiándonos a toda la
verdad. Es una realidad espiritual que nos da poder para vivir una vida que lo
glorifica, no para un show de manifestaciones, sino para ser testigos de la
verdad de que Él lo es todo.