El Ángelus

“El ángel del Señor anunció a María, y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. Aquí está la sierva del Señor, hágase en mí según tu Palabra. Y el verbo se hizo carne y habita entre nosotros. Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Nos has dado Señor, en la virgen María, el modelo de quien escucha tu Palabra y la pone en práctica. Abre nuestro corazón al gozo de nuestra escucha, y por medio de tu Espíritu, haz que se cumpla hoy en nosotros tu palabra de salvación.”

Esto es lo que emite la cadena de radio española de la cope a las doce del mediodía, los 365 días del año en todo el país, le llaman la hora del Ángelus. Pues bien, hemos de decir que la iglesia católica apostólica romana no quiere entender o darse cuenta, que engañar a las personas con falsas doctrinas resulta cada vez más difícil, y esto porque cualquier persona hoy en día, puede acceder a la Biblia o Palabra de Dios para verificar si lo que se dice o enseña es verdad. Hoy disponemos además del interlineal griego-español, que facilita todo mucho más y mejor.

 Así que, seguidamente vamos a poder demostrar por las Sagradas Escrituras que este Ángelus contiene diversas falsas doctrinas que forman parte del credo católico. Por ejemplo cuando dice: “Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”. Solamente en esta frase hay tres herejías a destacar, es decir, tres doctrinas que la iglesia católica mal enseña, y que por consiguiente son contrarias a la verdad enseñada por nuestro Maestro Jesucristo y los apóstoles, por cierto, entre los cuales se encontraba Pedro, a quien la iglesia católica considera el primer Papa, claro, esto es lo que enseña ella, pero que forma también parte de las otras muchas herejías que en tantos siglos se ha encargado de enseñar a los hombres.

Comenzaremos la demostración por orden según aparece en la frase. La primera, es el llamar afirmativamente a María, Santa. No encontraremos en toda las Sagradas Escrituras algo semejante, es decir, que alguien llamara a alguna persona Santa María, Santa Magdalena o San Abraham, San Juan o San Pedro por ejemplo. Por puro sentido común esto no puede ni debe ser así, porque solamente Dios el Señor es Santo y llamado Santo de una manera particular e individual en las Sagradas Escrituras, como podemos ver en Apocalipsis 15:4, donde dice:

¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? Pues sólo tú eres Santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.

O también en Apocalipsis 4:8 donde dice:

Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.

Y solo Él sabe que persona ha sido fiel o perseveró en la fe hasta la muerte, requisito indispensable para que se pueda afirmar que una persona es salva y por consiguiente santa, como se nos enseña en Mateo 10:22, diciendo:

Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

Además de esto, porque la resurrección de los muertos aún no se ha efectuado y por consiguiente nadie puede saber quienes pertenecen a los santos en Cristo. Si bien la religión católica y otras como la evangélica o mormona, con profanas y vanas palabrerías enseñan lo contrario. Pablo en su segunda carta a Timoteo, versículos 16 al 18, hablando de esta cuestión dice que:

Evitemos las palabras profanas, pues los que a ellas se dan crecerán cada vez más en impiedad, y sus palabras irán cundiendo como gangrena. Himeneo y Fileto son de éstos: se han desviado de la verdad al afirmar que la resurrección ya ha sucedido; y pervierten la fe de algunos.

Tomen pues nota, todas estas religiones que enseñan que la resurrección ya sucedió o se efectuó desviándose de la verdad, a los cuales también sus palabras carcomerá como gangrena de la misma manera que les ocurrió a Himeneo y Fileto. Podríamos citar muchos más textos de la Escritura que avala todo esto, y que nos llevaría a la gran verdad de que llamar a María, Santa María o canonizar a otra cualquier persona, es un gravísimo error de los muchos que tiene la iglesia católica apostólica romana.

La otra herejía que encontramos en esta frase del Ángelus y que es aún peor, es la de afirma que María es “madre de Dios”. Decir o enseñar esto constituye tal adulteración de la Verdad o Palabra de Dios, que en estos momentos se nos viene a la mente aquello que está escrito en el libro de Apocalipsis, capítulo 22, versículos 18 y 19, donde se condena al que quite o añada algo a la Palabra de Dios, trayendo sobre estos las plagas que están escritas, y ser quitados del libro de la vida y de la santa ciudad. Porque según el libro de la vida, Dios no tuvo madre. No hay ni un sólo versículo en las Escrituras que diga tal barbaridad, sino todo lo contrario. Desde el Génesis al Apocalipsis queda de una manera clara, contundente y sin ninguna posibilidad de doble interpretación, que Dios es el principio y el fin, el que era, es y será, el Eterno, no creado, sino el Creador de todas las cosas. Por ejemplo, en Apocalipsis 1:8, dice:

Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

O el verso 11: Yo soy el primero y el último; o el 18, diciendo: el que vive por los siglos de los siglos.

El que creó todas las cosas y por su voluntad existen y fueron creadas.  Como se nos dice en el capítulo 4:11.

Además porque como dice Juan 4:24: Dios es Espíritu, y ni María, ni ninguna otra mujer puede dar a luz un Espíritu.

Lo único que responde la iglesia católica para justificarse de dicha herejía, es que Jesús como es Dios y nació de María, es por lo tanto madre de Dios. Hacer esta afirmación no hace más que agravar su grandísimo error. La palabra madre significa: Mujer que ha parido a otro de su misma especie y en este sentido y desde el punto de vista humano, sí que podríamos decir que María fue la madre de Jesús hombre, porque de ella nació, como podemos ver en el evangelio de Mateo 2:11, donde dice: Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María. O también en el versículo 13, donde dice: Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre.

Pero sin en cambio Jesús mismo nunca llamó a María madre, porque todo el proceso milagroso desde el engendramiento hasta el del nacimiento, fue por obra del Espíritu Santo, como podemos ver en Mateo 1:20, y María sólo fue un mero instrumento para que se diese ese milagro, como se nos detalla en Filipenses, capítulo 2, donde se dice: que Cristo Jesús, siendo en forma de Dios, se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, es decir, Él mismo, se despojó de su Deidad y tomó forma de siervo, hecho semejante a los hombres. Así pues, solamente desde el punto de vista humano, se puede decir que María fue la madre de Jesús hombre, pero de ninguna manera la madre de Dios. Porque como entre otras cosas enseña la Escritura, por ejemplo en Hebreos 7:2 y 3, Jesús es:

 Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios.

Por esto y por otras muchas cuestiones, tampoco nadie en toda la Sagrada Escritura llegó a tal disparate de llamar a María la madre de Dios.

La tercera herejía que podemos apreciar en esta frase del Ángelus, es la que dice: “ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”. Como ya dijimos anteriormente la resurrección de los muertos aún no se ha efectuado, por lo que  María sigue estando en ese estado de dormitancia como todos los demás, y como podemos leer en Eclesiastés, capítulo 9,  versículo 10, allí no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría. Por lo cual ni María, ni ningún otro puede hacer nada, y mucho menos ser nuestra intercesora para con Dios como la iglesia católica tiene a María, bueno, no solo a María, sino a todos sus santos. Cuando las Sagradas Escrituras deja bien, pero que bien claro, que solo hay uno que vive siempre para interceder por nosotros, como podemos ver en el libro de Hebreos 7: 25 diciendo: Por  lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. O como dice en 1Timoteo 2:5, que hay un solo mediador entre Dios y los hombres, a Jesucristo hombre. El único abogado que tenemos para con el Padre, a Jesucristo el Justo (1Juan 2:1).

Y para finalizar mostraremos una herejía más y es la que aparece en dicho Ángelus, cuando dice que: “el Señor nos ha dado en la Virgen María el modelo de quien escucha su Palabra y la pone en práctica”. Pues bien, el mejor modelo o ejemplo de escuchar la Palabra y ponerla en práctica, nos la ha dado Dios el Padre en la persona de su Hijo Jesucristo y no en la Virgen María u otro ser humano, Jesús dijo:

Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió es verdadero; y yo, lo que he oído de Él, esto hablo al mundo (Juan 8:26). Os he hablado la verdad, la cual he oído del Padre (Juan 8:40). Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en le Padre (Juan 10:38). No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre (Juan 5:30).

Estas palabras de Jesús hablan por sí mismo. No hay mayor ni mejor modelo a seguir que el de nuestro Maestro y Señor Jesucristo, y el único a imitar, como el mismo nos enseña y podemos ver en Juan 13:15, diciéndonos:

Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.

También nos dice que aprendamos de Él, en Mateo 11:29

Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

O como el mismo Juan en su primera carta, capítulo 2, versículo 6, enseña diciendo:

El que dice que permanece en Él, debe andar como el anduvo.

Y sin olvidar lo que el escritor a los Hebreos nos dice:

Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios (Hebreos 12:2).

Y esto no se dice de otro más que de Cristo. Podríamos seguir mostrándoles más herejías que se cometen en este Ángelus inventado por la iglesia católica apostólica romana, y que por consiguiente para nada corresponde a la verdad del evangelio. Usted mismo investigando las Sagradas Escrituras podrá descubrirlas. Exhortamos en el Señor a que se salga de toda religión o secta, sea cual sea su nombre, pues todas, no son más que obras de hombres. Escudriñe las Sagradas Escrituras y siga la única Verdad, el único Camino y la única Vida, a Cristo Jesús, Señor nuestro, como también el apóstol  Pedro nos recuerda diciendo, que:

Para esto fuimos llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigamos sus pisadas (1 Pedro 2:21).

                                 ¡El Señor viene pronto!










  

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