¿ES LA IGLESIA EVANGÉLICA LA IGLESIA DE CRISTO?

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Las distintas denominaciones evangélicas pretenden ser la iglesia del Señor. Creen que dentro de la variedad de ramas del protestantismo, es decir de lo derivado de la reforma de Lutero de1517 se encuentran los integrantes de la iglesia por la que Jesucristo regresará. Sin embargo está infinidad de grupos (denominaciones) con doctrinas tan diversas y opuestas entre sí, no puede ser la iglesia de Cristo, ya que, no aplica los principios básicos de doctrina ni de práctica del Nuevo Pacto. No se parece con el modelo de iglesia que encontramos en el Nuevo Testamento. Sobre todo se debe a que hay cosas que ella ha tomado del judaísmo, del catolicismo romano y del paganismo que opacan su real testimonio cristiano que hace que la iglesia de Cristo brille en este mundo. Por estas cosas las distintas denominaciones evangélicas forman parte de una secta.

1. La división denominacional

No es conforme al Espíritu de Cristo el separarse en diversos grupos. Es antinatural, pues ínsita a las personas a condenarse y a oponerse unas con otras. La iglesia en el plan de Jesús debía de ser una y no varias denominaciones. De esa manera el mundo sería ganado para Cristo. Hoy con tantas, no sabe la gente ni a donde ir, pues se siente confundida a la hora de tomar una decisión.

El amor seria la base para la unidad (1 Corintios 13); pues todo lo soporta y aunque existieran diferencias y diversos puntos de vistas en las personas, en el amor se llegarían a consensos y decisiones por medio de la Palabra, pero nunca a divisiones. Esto es paganismo, pues en el mundo es natural el dividirse y separarse, pero no así en Cristo. Vemos el caso de la iglesia de Cristo, que en su primera reunión bien pudieron haberse dividido; pero no lo hicieron (Hechos 15). Jesús en su oración dejo plasmado claramente su deseo:

20 “Pero no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por medio de la palabra de ellos; 21 para que todos sean una cosa, así como tú, oh Padre, en mí y yo en ti, que también ellos lo sean en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22 Yo les he dado la gloria que tú me has dado, para que sean una cosa, así como también nosotros somos una cosa 23 Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente unidos; para que el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado, como también a mí me has amado”. (Juan 17:20-23).

2. El haberle colocado nombres a las iglesias.

Lógicamente para distinguirse entre ellas, las denominaciones optaron por colocarse un rótulo o título; claro para ser supuestamente muy bíblicos los líderes adecuaron un texto o alguna frase de las Escrituras que más les gustara, ejemplo, Juan 15:14 es la cita base de la denominación Amigos, Mateo 1:23 es la cita base de la denominación Emanuel, Efesios 2:20 es la cita base de la denominación Apostólica; y así todas tienen un texto de las Escrituras que los respalda según dicen ellos. Algunos otros simplemente se apellidaron con el nombre de su fundador, ejemplos: (Los Luteranos, por Martín Lutero, Los Arminianos, por Jacobo Arminio,  Los Calvinistas, por Juan Calvino,  Los Wesleyanos, por Juan Wesley, etc.).

En la iglesia de Cristo no era así. Vemos que las iglesias tenían el nombre del lugar geográfico donde se ubicaban,  no el nombre que las distinguía de las otras, pues la iglesia era una sola. Ejemplo:

 “Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes; a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, con todos los que en todo lugar invocan, el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro”. (1 Corintios 1:1-2).


“Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos), y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia” (Gálatas 1:1-2).


“Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 1:1).


Todas las iglesias tenían el nombre del lugar geográfico donde se ubicaban. Vemos también el ejemplo de las siete iglesias del Apocalipsis: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea (Apocalipsis, capítulos 2 y 3). Y las iglesias todas le pertenecían a su Salvador, Cristo, no como denominación, como vemos hoy, sino como Verdad irrefutable porque Él es su fundador (Mateo 16:18).


“Saludaos unos a otros con un beso santo. Os saludan todas las Iglesias de Cristo”. (Romanos 16:16).


En Corinto Pablo condenó el que distintos hermanos simpatizaran con algunos líderes pues la iglesia no es de nadie, sino de Cristo.

 11 “Porque se me ha informado de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que entre vosotros hay contiendas. 12 Me refiero a que uno de vosotros está diciendo: “Yo soy de Pablo”, otro “yo de Apolos”, otro “yo de Pedro” y otro “yo de Cristo”. 13 ¿Está dividido Cristo? ¿Acaso fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?” (1 Corintios 1: 11-13).

Esto; también es paganismo, pues es fruto del hombre carnal, no santificado. Es política y partidismo.

3. El haberle quitado a Cristo su autoridad y habérsela dado al hombre.

Pensemos por un momento. ¿Quién es el que manda en la iglesia Evangélica? El que manda sencillamente es el hombre. En algunas iglesias son los pastores los dueños, pues todo lo que son las propiedades y el dinero en cuanto a los diezmos y las ofrendas ellos lo manejan. Ellos tienen la primera y la última palabra; solamente que para encubrir su trabajo mal habido dicen que están bajo la cobertura del Espíritu Santo, dando a entender que es El que toma las decisiones por medio de ellos.

En otras iglesias es un cuerpo directivo que toma las decisiones  y en otras es la asamblea en general, o sea los miembros en total en sus reuniones. En fin, siempre es el hombre. No hay alternativa. En la iglesia de Cristo por el contrario es el Espíritu Santo. Algunas veces se hace mención de Él en las reuniones de la iglesia Evangélica, pero no es Él quien dirige a cada uno.

Veamos, como era en la Iglesia de Dios:

“Porque ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias”. (Hechos 15:28).

Jesús les dijo a sus discípulos que el Espíritu Santo los guiaría y les enseñaría todas las cosas.

13 “Y cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; pues no hablará por sí solo, sino que hablará todo lo que oiga y os hará saber las cosas que han de venir”. (Juan 16:13).

La autoridad en la iglesia le corresponde a la cabeza. Que por medio de su Espíritu Santo dirige a su iglesia. La cabeza  es una y es Cristo.

22 “Aun todas las cosas las sometió Dios bajo sus pies y le puso a él por cabeza sobre todas las cosas para la iglesia, 23 la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo”. (Efesios 1:22-23).

Cristo es la cabeza de la iglesia. No puede ni debe ser ninguna persona. Todo el Nuevo Testamento está lleno de textos que nos lo indican.

He aquí más ejemplos:

 15 “sino que, siguiendo la verdad con amor, crezcamos en todo hacia aquel que es la cabeza: Cristo”. (Efesios 4:15).

Cuando la Escritura menciona que es la cabeza, nos está diciendo que es la que dirige, pues pensemos ¿Dónde está el control de todo un cuerpo? Pues lógicamente en la cabeza. Así es; en la iglesia, que es un cuerpo, y su cabeza nos dice la Escritura que es Cristo.

 18 “Y además, él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo él sea preeminente”. (Colosenses 1:18).

 23 “porque el esposo es cabeza de la esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia, y él mismo es salvador de su cuerpo. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, de igual manera las esposas lo estén a sus esposos en todo”. (Efesios 5:23-24).

20 “Habéis sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo Jesucristo mismo la piedra angular”. (Efesios 2:20).

 Si Cristo no manda en la iglesia, eso es humanismo, pues exalta al hombre. Esto está bien metido en la iglesia institucional o denominacional Evangélica y es producto del paganismo.

4. El haber exaltado al hombre, y no ser este un servidor

Hoy día no es el hombre un servidor. El hombre ha sido llevado a un nivel de ser tratado como un ser importante. En las denominaciones muchas veces utilizan el título de Reverendo, dando a entender con eso que es una persona con mucha más capacidad y conocimiento que las demás.  En los días de la iglesia del Nuevo Testamento ciertamente había obispos, diáconos, pastores, apóstoles, profetas, evangelistas y maestros; pero ninguno de ellos estaba por encima de nadie.

Había en realidad un solo maestro y líder, el cual era Jesucristo mismo, y el que servía era el que tenía la promesa de ser grande.

 8 “Pero vosotros, no seáis llamados maestro; porque uno solo es vuestro Maestro, y todos vosotros sois hermanos. 9 Y no llaméis a nadie vuestro Padre en la tierra, porque vuestro Padre que está en los cielos es uno solo. 10 Ni os llaméis Guía, porque vuestro Guía es uno solo, el Cristo. 11 Pero el que es mayor entre vosotros será vuestro siervo; 12 porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”. (Mateo 23: 8-12).

Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. (Mateo 20:25-28)

Lamentablemente el término Obispo es una mala traducción de la Biblia Reina Valera; pues como es una traducción católica romana hecha precisamente por obispos romanos, como lo fueron Cipriano Valera y Casiodoro de Reina, exalta con palabras mal traducidas del griego, los puestos o privilegios de dirección dentro de la iglesia. La palabra obispo entendible un Jefe o uno que tiene bajo su control una o varias iglesias, mientras que en el original griego significa nada más que: Guardián o uno que vigila por el estado espiritual de la iglesia; siendo guiado por supuesto por el Espíritu Santo.

La palabra diacono es otra palabra con significado distorsionado hoy día; pues muchos creen que ser diacono es controlar a las personas y regañarlas por cualquier cosa que según ellos no hagan bien. El significado original del griego es nada más: Servidor, o sea ayudar, presta servicio de buena voluntad,  con amor a cualquier hermano de la iglesia a crecer en su vida espiritual y material; en otras palabras interesarse por la vida integral de la persona.

El significado de pastor es el que cuida rebaños, el significado de apóstol es enviado, mensajero. El significado de evangelista es uno que trae o anuncia las buenas nuevas. El significado de profeta es uno que habla públicamente proclamando el mensaje de Dios. El significado de maestro es un guía, conductor. Pero; en ninguno de estos dones u oficios vemos en el Nuevo Testamento que las personas se exaltaran o se creyeran los iluminados.

Siempre eran unos simples servidores del reino de los cielos. Como por ejemplo el Apóstol Pablo que muchas veces se llamó Apóstol pero también servidor, ejemplo:

 1 “Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús; a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos” (Filipenses 1:1).

Otro ejemplo es el Apóstol Juan que a pesar de serlo prefería llamarse siervo de Jesucristo.

“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y que dio a conocer enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan”. (Apocalipsis 1:1).

9 “Yo Juan, vuestro hermano y copartícipe en la tribulación y en el reino y en la perseverancia en Jesús, estaba en la isla llamada Patmos por causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús”. (Apocalipsis 1:9).

En cualquiera de los casos reconocemos; que dentro de la iglesia existieron personas que ejercieron ministerios y dones, pero siempre tomaron como principio básico que Jesucristo era  la cabeza y los demás servidores los unos de los otros.

 El que las personas hoy día se autonombren o denominen puestos de jerarquía; eso es paganismo. Entre nosotros los VERDADEROS DISCÌPULOS del Señor, un solo líder tenemos y es Jesucristo.

5. Añadirle a la doctrina fundamental de la iglesia enseñanzas humanas

La pregunta básica para esto es: ¿Cuál es la doctrina fundamental de la iglesia? La doctrina fundamental de la iglesia de Cristo no se basa solamente en enseñanza, sino en práctica y se llama amor. Jesús nos dice:

34 “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros. Como os he amado, amaos también vosotros los unos a los otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros”. (Juan 13:34-35).

Si de algo está lleno el Nuevo Testamento es de esta doctrina la cual los primeros discípulos del Maestro en verdad practicaron, ejemplo:

 32 “La multitud de los que habían creído era de un solo corazón y una sola alma. Ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que todas las cosas les eran comunes. 33 Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante bondad había sobre todos ellos.  34 No había, pues, ningún necesitado entre ellos, porque todos los que eran propietarios de terrenos o casas los vendían, traían el precio de lo vendido 35 y lo ponían a los pies de los apóstoles. Y era repartido a cada uno según tenía necesidad”. (Hechos 4: 32-35).

Jesús por eso nos dijo que en eso conocería el mundo si éramos sus discípulos.

En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. (Juan 13:35)

Hoy en cambio es diferente. Lo que más predomina en las denominaciones es, la defensa de la doctrina particular de la denominación y el sometimiento absoluto a los reglamentos y leyes internas aun por encima de la Palabra y del amor, cuando la Escritura nos dice:

Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. (Juan 14:23-24)

Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. (1 Juan 2:3-6)

En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues éste es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. (1 Juan 5:2-3)

 8 “El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor”. (1 Juan 4:8).

Lo más importante es vivir en Jesús, que es amor, si no lo hacemos y lo rechazamos, nos vendrá juicio.

 “El que me desecha y no recibe mis palabras tiene quien le juzgue: La Palabra que he hablado le juzgará en el día final”. (Juan 12:48).

La Palabra de Dios es la que ocupa el primer lugar, y el que no la toma en cuenta de esa forma no le irá bien en el juicio de Dios.

Pablo también nos dice:

1 “Si yo hablo en lenguas de hombres y de ángeles, pero no tengo amor, vengo a ser como bronce que resuena o un címbalo que retiñe. 2 Si tengo profecía y entiendo todos los misterios y todo conocimiento; y si tengo toda la fe, de tal manera que traslade los montes, pero no tengo amor, nada soy. 3 Si reparto todos mis bienes, y si entrego mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me sirve”. (1 Corintios 13:1-3).

 “El amor nunca deja de ser. Pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas, y se acabará el conocimiento”. (1 Corintios 13:8).

 “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”. (1 Corintios 13:13).

Las enseñanzas humanas, han hecho mucho daño a la humanidad y por ello es la abundancia de grupos religiosos y de sectas derivadas del cristianismo tradicional, incluidas las denominaciones Evangélicas.

Hay mucha gente que defiende la tradición y las enseñanzas humanas como si fueran de Dios. Pablo al respecto nos dice:

 20 “Siendo que vuestra muerte con Cristo os separó de los principios elementales del mundo, ¿por qué, como si aún vivieseis en el mundo, os sometéis a ordenanzas como: 21 No uses, ni gustes, ni toques? 22 Tales cosas son destinadas a perecer con el uso, pues son según los mandamientos y las doctrinas de hombres”. (Colosenses 2:20-22).

Recordemos, la doctrina de Cristo es una; y bajo ese principio conforme a la Palabra, debemos vivir. ¡Nada de añadir más, dejemos las tradiciones y enseñanzas de hombres! Porque si no, la Escritura nos dice:

 9 “Todo el que se extravía y no permanece en la doctrina de Cristo no tiene a Dios. El que permanece en la doctrina de Cristo éste tiene al Padre y también al Hijo”. (2 Juan 9).

El añadirle a la doctrina básica de la iglesia, eso es producto de la influencia del catolicismo romano. Decimos esto porque; ellos se someten a los sacramentos y las tradiciones de la iglesia. Esto viene desde los Fariseos que le añadían a la Ley de Moisés cosas que ni ellos mismos podían cumplir.

"Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas". (Mateo 23:4)

En las denominaciones evangélicas se ha imitado eso, y aparte de un supuesto creer en Cristo, las denominaciones han dado a cada uno de sus miembros un conjunto de cosas (estatutos, reglamentos, ayunos, vigilias, día de reposo, manera de vestir, peinados y cortes de cabello, liturgias, reuniones, días festivos, etc)  Esas son las enseñanzas de hombres.

6. La forma de Adoración cambió

Pensemos, ¿Qué significa adoración? La palabra adoración viene del griego proskuneo que significa: postrarse, hacer reverencia, caer a los pies de. Si algo tenía la iglesia de Cristo, es que vivían en constante adoración. Ellos reverenciaban a Dios con su estilo de vida. Y por supuesto en sus reuniones tenían una manera muy particular de hacerlo.

Veamos algunos ejemplos:

 31 “Cuando acabaron de orar, el lugar en donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valentía. (Hechos 4:31).

 19 "hablando entre vosotros con salmos, himnos y canciones espirituales; cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”. (Efesios 5:19).

 16 “La palabra de Cristo habite abundantemente en vosotros, enseñándoos y amonestándoos los unos a los otros en toda sabiduría con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando con gracia a Dios en vuestros corazones. 17 Y todo lo que hagáis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”. (Colosenses 3:16-17).

42 “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en las oraciones”. (Hechos 2:42).

Hoy día vemos deficiencia en todas estas cosas que nuestros hermanos hacían.

Prácticamente esto ha sido anulado en las iglesias Evangélicas. Hoy, lo que se puede observar es lo siguiente: Las famosas marchas para Jesús, en las calles de nuestras Ciudades y pueblos, para libertar a los cautivos. En la iglesia de Cristo no se hacían procesiones ni marchas, sino que aun estando bajo amenazas de muerte hablaban con valentía cada uno la Palabra de Dios. En los llamados cultos de oración, lo que menos se hace es orar y el tiempo lo ocupan en cantar y hablar. En la iglesia primera oraban juntos en el espíritu y veían cosas sobrenaturales. En las conversaciones entre creyentes lo que menos se escucha son palabras en el espíritu, sino críticas unos a otros, chismes, rumores y conflictos.

Los famosos conciertos abundan hoy día; muchos cantantes han hecho su fortuna por este adulterado evangelio. En la iglesia primera se cantaba y se alababa al Señor pero cada uno lo hacía en el corazón. No existía  la pompa de los conciertos “cristianos” de hoy, donde realmente es una imitación a los del mundo. El exaltado ahí, es el mismo cantante que indirectamente pide aplausos para el Señor, pero conscientemente él se siente engrandecido. Se ve humo en la tarima, se escuchan gritos que ellos llaman gritos de júbilo. Y una serie de cosas más, que es vergonzoso mencionarlas.

Hoy, la música “cristiana” no posee contenido bíblico, ni tiene su origen por el Espíritu Santo, o sea que no son cantos espirituales. Como se pueden cantar esos cantos a Dios, se le pueden cantar al mismo tiempo a Buda, o a Mahoma, a María, o a la novia. Pues lo que se nota tanto en el ritmo como en la letra es un amor romántico y no espiritual, pues no hace referencia al Espíritu Santo, a Jesucristo, ni a los temas centrales de la Palabra de Dios.

Abundan también los cantos donde lo que se escucha nada más es el ritmo y no la letra. El rock, la salsa, el merengue, el flamenco y otros ritmos que incitan a la violencia y a la sensualidad. Prácticamente eso no es del Señor. Hoy, la gente en los llamados cultos caen de espaldas al piso y piden aplauso para el Señor  entre otras muchas cosas. En el Nuevo Testamento no encontramos ni un solo versículo que apruebe esta práctica.

Hoy, no abunda  la Palabra de Dios en las personas, hay mucha ignorancia de ella. Solo se habla o se lee la misma en las actividades religiosas.

La verdadera adoración consiste en un estilo de vida, donde la presencia de Dios, es real y por lo tanto se le adora permanentemente como enseñó el Maestro, en espíritu y en verdad.

Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. (Juan 4:23-24)

Lo que hemos descrito anteriormente es la falsa adoración producto del paganismo introducido en las distintas denominaciones evangélicas; no es la verdadera adoración que un día Dios planeo para que su iglesia la viviera.

7. La edificación de Templos

No es el propósito de Dios edificar un templo, como comúnmente conocemos a los edificios de las denominaciones evangélicas. Un día, si lo fue en el Antiguo Testamento, porque la manifestación de la presencia de Dios era a través del mueble del  Arca del Pacto. Ahí en medio de las dos estatuas de los querubines que estaban encima de ese recipiente Dios hablaba a su siervo Moisés.

Por ello, Dios ordeno a Moisés que levantara una gran tienda de campaña llamada Tabernáculo, en la cual estaría este recipiente llamado, Arca del Pacto y eso simbolizaba la presencia de Dios con su pueblo.

3 “Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo que se llama el lugar santísimo. 4 Allí estaba el incensario de oro y el arca del pacto enteramente cubierta con oro. En ella estaban un vaso de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció y las tablas del pacto. 5 Sobre ella, los querubines de la gloria cubrían el propiciatorio. De todas estas cosas no podemos hablar ahora en detalle”. (Hebreos 9: 3-5).

1 “Harás, el tabernáculo de diez tapices de lino torcido, de material azul, de púrpura y de carmesí. Y los decorarás con querubines, obra de fina artesanía”. (Éxodo 26:1).

Por cuarenta años que los israelitas estuvieron en el desierto y por cuatrocientos cuarenta años, cuando ya estaban radicados en la tierra prometida, ellos adoraban a Dios en una casa de Campaña. Cuando el rey Salomón llego al poder de su Nación decidió edificar una casa de adoración estable a Dios llamado Templo.

 1 “Aconteció que Salomón comenzó a edificar la casa de Jehová en el año 480 después que los hijos de Israel salieron de la tierra de Egipto, en el mes de Ziv, que es el mes segundo, del cuarto año del reinado de Salomón sobre Israel. 2 La casa que el rey Salomón edificó para Jehová tenía 60 codos de largo, 20 codos de ancho y 30 codos de alto. 3 El pórtico delante del lugar santo del templo tenía 20 codos de largo, a lo ancho de la casa, y 10 codos de ancho en el frente de la casa. 4 También hizo al edificio ventanas anchas por dentro y angostas por fuera. 5 Contra el muro del edificio construyó galerías alrededor de los muros del templo, es decir, del lugar santo y del santuario interior; y les hizo cuartos laterales alrededor. 6 La galería inferior tenía 5 codos de ancho, la intermedia 6 codos de ancho y la tercera 7 codos de ancho. Porque había hecho rebajos en el lado exterior, alrededor del edificio, para que las vigas de las galerías no se empotrasen en los muros del templo”. (1 Reyes 6:1-6).

Uno de los propósitos por el cual se construyó este edificio fue, para que por medio de él, la Nación de Israel alcanzara a otras Naciones para Jehová.

41 “Asimismo, cuando el extranjero que no sea de tu pueblo Israel venga de una tierra lejana a causa de tu nombre 42 (porque oirán de tu gran nombre, de tu poderosa mano y de tu brazo extendido), y venga a orar a este templo, 43 entonces escucha tú en los cielos, el lugar de tu morada. Haz conforme a todo aquello por lo cual el extranjero clame a ti, a fin de que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, te teman como tu pueblo Israel y sepan que este templo que he edificado es llamado por tu nombre”.(1 Reyes 8:41-43).

Este templo fue reedificado dos veces más antes del nacimiento de Jesús. Primero con Zorobabel y Jesúa.

 2 “Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac, y comenzaron a reedificar la casa de Dios en Jerusalén, y con ellos estaban los profetas de Dios que les apoyaban”. (Esdras 5:2).

Y luego con Herodes “el grande”. En el año 70 después de Cristo fue destruido por los romanos y nunca más se ha vuelto a edificar.

Antes del año 70 después de Cristo cuando la iglesia de Cristo estaba recién nacida, ellos aun acudían a este templo para predicar a Jesucristo; para que todos los judíos y los de otras naciones conocieran de esta nueva fe que había sustituido al judaísmo.

42 “Y todos los días, en el templo y de casa en casa, no cesaban de enseñar y anunciar la buena nueva de que Jesús es el Cristo”. (Hechos 5:42).

Pero luego que este templo judío fue destruido, todas las iglesias se reunían en las casas.

 5 “Saludad también a los miembros de la iglesia que se reúne en la casa de ellos. Saludad a Epeneto, amado mío, que es uno de los primeros frutos de Acaya en Cristo”. (Romanos 16:5).

 19 “Os saludan las iglesias de Asia. Aquila y Priscila, con la iglesia que se reúne  en su casa, os saludan mucho en el Señor”. (1 Corintios 16:19).

 15 “Saludad a los hermanos que están en Laodicea: a Ninfa y a la iglesia que se reúne en su casa”. (Colosenses 4:15).

“Saludad a la hermana Apia, a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que se reúne en tu casa”. (Filemón 2).

Aparte de esto; los primeros discípulos de Cristo no edificaban templos, porque entendían que ellos mismos eran Templos del Señor, o casa de Dios; donde moraba permanentemente la presencia del Espíritu Santo.

16 “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17 Si alguien destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque santo es el templo de Dios, el cual sois vosotros”. (1 Corintios 3:16-17).

19 “¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que mora en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Corintios 6:19).

“Todos los miembros de la iglesia son como un edificio, el cual está construido sobre la enseñanza de los apóstoles y profetas. En ese edificio Jesucristo es la piedra principal. Es El quien mantiene firme todo el edificio y lo hace crecer, para que llegue a formar un templo dedicado al Señor. Por su unión con Jesucristo, ustedes también forman parte de ese edificio, en donde Dios habita por medio de su Espíritu”. (Efesios 2:20-22).

 15 “para que si me tardo, sepas cómo te conviene conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad”. (1 Timoteo 3:15).

 4 “Acercándoos a él, la Piedra Viva que fue ciertamente rechazada por los hombres, pero delante de Dios es elegida y preciosa 5 también vosotros sed edificados como piedras vivas en casa espiritual para ser un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por medio de Jesucristo”. (1 Pedro 2:4-5).

Es cierto que en el Antiguo Testamento los Israelitas encontraban la presencia de Dios en su Tabernáculo y posteriormente en su Templo, pero en el Nuevo Testamento la Presencia de Dios está en el corazón de los creyentes, por ello no es  el edificar templos hoy en día.

Una de las cosas por las que mataron a Esteban, fue porque hablo claramente en cuanto a que la presencia de Dios no estaba en un templo material; sino en el corazón del creyente. Veamos:

48 “No obstante, el Altísimo no habita en templos hechos por mano, como dice el profeta: 49 El cielo es mi trono, y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor. ¿Cuál será el lugar de mi reposo? 50 ¿No hizo mi mano todas estas cosas?” (Hechos 7:48-50).

 24 “Este es el Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él. Y como es Señor del cielo y de la tierra, él no habita en templos hechos de manos”. (Hechos 17:24).

La historia de la edificación de los templos en las iglesias cristianas comenzó por el año 325 después de Cristo, cuando el emperador romano Constantino oficializo el cristianismo como la religión del imperio. Por órdenes de Constantino, templos paganos fueron tomados para ser ocupados por iglesias cristianas. Hasta el día de hoy muchas catedrales católicas en Europa que  son modernizadas, antes fueron templos de dioses paganos.

Como el Protestantismo (iglesias Evangélicas) surgió del catolicismo copiaron el mismo sistema de reunirse en templos. Esto obstaculiza grandemente el cumplimiento de la gran comisión pues la gente se acomoda  acudiendo a los templos y toda la actividad religiosa se centraliza en los mismos (templos).

Esto se convierte en un tradicionalismo religioso y no es un verdadero Evangelio. Pues el verdadero Evangelio cumple su misión en el mundo con el trato personal.

Alguien nos dijo en una ocasión, que si los primeros cristianos se reunían en las casas, era porque no había libertad de culto, pues los cristianos en ese entonces eran perseguidos y que ahora como ya no hay persecución, si se debe construir templos.

Esto que dijo esa persona, da la idea que los primeros cristianos eran miedosos y que por eso se reunían en casa. La Escritura confirma que:

 31 “Cuando acabaron de orar, el lugar en donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valentía”. (Hechos 4.31).

Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel. Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. (Hechos 8:3-4)

La iglesia del principio no se reunía en las casas para no dar testimonio, de lo contrario el Evangelio no se hubiese extendido como sabemos que sucedió y esto queda claramente demostrado por abundantes textos de las Escrituras que aunque fueron por un tiempo perseguidos siempre dieron testimonio del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Y aun cuando la persecución terminaba como por ejemplo después de que Saulo se encontrara con el Señor, a la iglesia, nunca la encontramos construyendo templo alguno.

Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo. (Hechos 9:31)

No cabe duda que estamos viviendo en el tiempo donde la falsa iglesia cree ser rica, pero la realidad es que es pobre.

15 “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojala fueras frío o caliente! 16 Así, porque eres tibio, y no frío ni caliente, estoy por vomitarte de mi boca. 17 Ya que tú dices: ‘Soy rico; me he enriquecido y no tengo ninguna necesidad’, y no sabes que tú eres desgraciado, miserable, pobre, ciego y desnudo”. (Apocalipsis 3:15-17).

¿No sería mejor volver a la sencillez de las reuniones en casa, para no gastar el dinero en cosas innecesarias que no ha mandado nuestro Señor Jesucristo y de esa forma ser hacedores de su Palabra? ¿No sería mejor dejar de pensar que los templos donde se reúnen las personas de las denominaciones y sectas, no son casas de Dios, sino que las casas de Dios somos los verdaderos creyentes?

Muchos, han llegado hasta idolatrar estos lugares y a creer que si los mantienen nítidos, están ganando puntos para ganar el cielo. Otros creen que los templos de hoy son réplicas del templo de Jerusalén. Y que como ese templo tenía un lugar santísimo y un lugar santo. Ellos hacen claramente esta distinción entre el lugar donde está el altar y el lugar donde están las bancas. Algunas madres regañan a sus niños y hasta les pegan  por sentarse en el altar pues creen que es el lugar santísimo. ¡Que ignorancia más grande!

Esto es producto del judaísmo e imitación  del catolicismo romano. Pues lo único que hace falta, son las imágenes y las veladoras, aunque hay algunos que siguen teniéndolas. De ahí todo es igual, pues hay un altar, un atril o púlpito, bancas, etc.

8. El establecimiento de los diezmos

No encontramos ni un solo versículo en el Nuevo Testamento que ordene a los discípulos del Señor dar sus diezmos. Es cierto que Abraham y Jacob dieron sus diezmos aún antes de la ley que forma el conjunto de mandamientos, fiestas y ceremonias dadas por Dios a Moisés en el Sinaí. Y es de ahí donde todos los evangélicos argumentan diciendo que los diezmos fueron antes de la ley por los ejemplos de Abraham y Jacob.

20 “Bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos.” Y Abram le dio a él el diezmo de todo”. (Génesis 14:20).

“Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me des el diezmo apartare para ti”. (Génesis 28:22).

Sin embargo esto que hicieron ellos es un relato que forma parte de su vida personal, que si lo estudiamos a profundidad comprenderemos que en realidad solo Abraham dio el diezmo a Melquisedec y lo de Jacob se quedó en una promesa pues no encontramos que la haya cumplido, como en el caso de Abraham con Melquisedec y además fue por deseo propio y no por mandato de Dios. No podemos basarnos en eventos históricos para establecer mandamientos en la época de la gracia o para decir que al igual que Abraham tuvo gratitud con Dios dando sus diezmos, nosotros si la tenemos podemos también darlos. Esto no es una base sólida para sustentar una doctrina; además de esto podríamos llegar a pensar siguiendo siempre esta línea de pensamiento de los patriarcas que así como Abraham e Isaac mintieron en lo referente a sus esposas (Génesis 12:10-13, 20:2, 26:6-7) también nosotros podemos mentir si deseamos; ¡de ninguna manera! pues va en contra de las enseñanzas del Maestro. Aparte de todo esto debemos admitir que la Escritura completa se divide en dos Testamentos (pactos) en nuevo y el antiguo, preguntémonos pues ¿cuál es el vigente para nosotros? Lógicamente el nuevo.

Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer. (Hebreos 8:13)

Entonces no hay excusa alguna, todo lo que se encuentra en el viejo pacto o Antiguo Testamento (incluido el diezmo con Abraham) no cobra vigencia para nosotros pues ha desaparecido.

También, en cuanto a los diezmos en la ley encontramos:

 Y que los levitas recibían del pueblo sus diezmos en la época de la ley. 21 “He aquí, he dado a los hijos de Leví todos los diezmos de Israel, como heredad, a cambio del servicio que llevan a cabo en el tabernáculo de reunión”. (Números 18:21).

Pero ni Jesús, ni los Apóstoles establecieron los diezmos para la época de la iglesia. Muchas personas se atreven a contradecir esto citando este texto.

 23 “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque entregáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino; pero habéis omitido lo más importante de la ley, a saber, el juicio, la misericordia y la fe. Era necesario hacer estas cosas sin dejar de hacer aquellas”. (Mateo 23:23).

En primer lugar hay que notar a quienes Jesús les está dirigiendo la palabra, es a los escribas y fariseos, los religiosos de la época de Cristo. Les dice que diezmaban aún hasta lo más insignificante (la menta, el eneldo y el comino)  pero dejaban lo más importante (el juicio, la misericordia y la fe) Jesús entonces  procede a decirles que lo que hacían (el diezmo) era necesario hacer pero que no debían olvidarse de practicar lo que no hacían (el juicio, la misericordia y la fe). Claramente comprenderemos si hacemos un pequeño análisis del texto que Jesús se estaba refiriendo a que el diezmo dejaba de ser, pues dijo (era). Si el diezmo continuará para nuestra época perfectamente hubiera dicho, (es) pero no lo dijo.

Todo lo de la ley, era sombra de una mejor época, llamada la Gracia. Desde el último profeta de acuerdo al del antiguo testamento que fue Juan el bautista, ya no estamos bajo la ley

La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos  se esfuerzan por entrar en él. (Lucas 16:16)

Por eso Pablo no dice:

 10 “Porque todos los que se basan en las obras de la ley están bajo maldición, pues está escrito: Maldito todo aquel que no permanece en todas las cosas escritas en el libro de la Ley para cumplirlas”. (Gálatas 3:10).

Nos  preguntamos ¿Por qué hay mucha gente que alega y discute por cosas que son de la ley y que ellos insisten todavía en que hay que cumplirlas? Pablo nos dice, que se está bajo maldición si se insiste vivir con prácticas de la ley. Y si se quiere cumplir lo de la ley, que se cumpla todo, no solo unas cosas.

4 “Vosotros que pretendéis ser justificados en la ley, ¡habéis quedado desligados de Cristo y de la gracia habéis caído!” (Gálatas 5:4).

Y, en este texto Pablo nos dice que si seguimos con prácticas de la ley para tratar de agradar a Dios hemos caído de la gracia.

“Así que la Ley de Moisés ha quedado anulada porque resulto inútil”. (Hebreos 7:18).

Este texto está más claro todavía. Lo del diezmo entraba dentro de la Ley de Moisés y ha quedado anulado.

¿Por qué decimos esto? Porque el diezmo servía para la manutención de los Levitas que eran los encargados de servir en el Tabernáculo y posteriormente en el Templo de Jerusalén.  Ellos por no haber recibido heredad después de la conquista de la tierra prometida; Dios ordeno que recibieran del pueblo los diezmos para poder vivir. Estos diezmos consistían en:

22  “Sin falta darás el diezmo de todo el producto de tu semilla que el campo rinda año tras año. 24 Si el camino es largo y tú no puedes transportar el diezmo, cuando Jehová tu Dios te bendiga, porque está muy lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios haya escogido para poner allí su nombre, 25 entonces lo darás en dinero. Tomarás el dinero contigo e irás al lugar que Jehová tu Dios haya escogido. 26 Entonces darás el dinero por todo lo que apetezcas: vacas, ovejas, vino, licor o por cualquier cosa que desees. Y comerás allí delante de Jehová tú Dios, y te regocijarás tú con tu familia. 27 No desampararás al levita que habite en tus ciudades, porque él no tiene parte ni heredad contigo”. (Deuteronomio 14:22,24-27).

Y hoy, ya no hay ni Templo, ni Levitas. Además era para una Nación, Israel.

 8 “¿Robará el hombre a Dios? ¡Pues vosotros me habéis robado! Pero decís: ‘¿En qué te hemos robado?’ ¡En los diezmos y en las ofrendas! 9 Malditos sois con maldición; porque vosotros, la nación entera, me habéis robado. 10  Traed todo el diezmo al alfolí, y haya alimento en mi casa. Probadme en esto, ha dicho Jehová de los Ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”. (Malaquías 3:8-10).

De esta porción, es donde se basan muchos pastores y predicadores evangélicos para exigir el diezmo a las personas. Muchos amenazan incluso diciendo que si no se da el diezmo se pierde la salvación, pues se le está robando a Dios. Como la Escritura dice que los ladrones no entran en el cielo, ellos objetan que el no dar el diezmo significa ir al infierno.

Esta porción esta utilizada fuera de contexto, pues Dios no se está dirigiendo a la Iglesia, sino a Israel.

1 “Profecía: La palabra de Jehová a Israel por medio de Malaquias”. (Malaquías 1:1).

Recordemos, hay que ver todo el contexto del libro y de la Escritura para no caer en una doctrina falsa.

Algunos contradicen esto diciendo que el Israel de hoy es la iglesia. A lo que afirmamos con las Escrituras que, no es así. El trato de Dios con su iglesia es muy diferente al trato que Dios le dio a Israel. Son dos pueblos que el tomo por separado. Israel tuvo su trato exclusivo con Jehová Dios en el Antiguo Testamento bajo la Ley, por Moisés y los profetas, por 1,600 años.

La iglesia tiene su trato exclusivo con Dios en el Nuevo Testamento bajo la Gracia, por el Espíritu Santo. Y tiene su obra entre los gentiles.  Claro de ambos pueblos, El en Jesucristo hizo uno solo.

 14 “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos nos hizo uno. El derribó en su carne la barrera de división, es decir, la hostilidad; 15 y abolió la ley de los mandamientos formulados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos pueblos un solo pueblo, haciendo así la paz”. (Efesios 2:14-15).

Ahora ya no existen leyes, ni divisiones, pues hay un solo pueblo, y todo esto solo posible a través de Jesucristo.

La porción de Malaquías y el libro entero se escribió en un tiempo de crisis en Israel. Ya la Nación, se había apartado mucho de Dios y ni siquiera estaban cumpliendo con sus obligaciones civiles, de mantener la religión del Estado por medio de sus diezmos. El que no dieran sus diezmos, era verdaderamente pecado, porque estaban dejando sin alimento a los Levitas que no tenían heredad para cultivar sus tierras.

El alfolí del que nos habla esta porción no es una bolsa o una caja donde hay que echar los diezmos y ofrendas, sino unas grandes bodegas donde se almacenaban los granos que eran los diezmos de los cultivos de los israelitas. Hoy, no estamos bajo la cobertura de una Nación llamada Israel, estamos bajo la cobertura de otra Nación (Guatemala, México, Canadá, Honduras, Colombia, España, etc., depende del país de donde usted sea). Incluso, ni en Israel mismo diezman hoy, pues ya no está todo el sistema ceremonial de culto, ni existen los Levitas.

Dentro de la iglesia a lo que somos llamados a hacer, es a contribuir con nuestras ofrendas, según haya propuesto nuestro corazón, pues no es un impuesto, ley u obligación, ya que estamos bajo la gracia y no bajo la Ley. Así nos dice el Nuevo Testamento:

7 “Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por obligación; porque Dios ama al dador alegre”. (2 Corintios 9: 7).

En la iglesia  no se recibían diezmos, sino ofrendas. Veamos:

Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo. (Hechos 11: 29-30).

 1 “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la misma manera que ordené a las iglesias de Galacia. 2 El primer día de la semana, cada uno de vosotros guarde algo en su casa, atesorando en proporción a cómo esté prosperando, para que cuando yo llegue no haya entonces que levantar ofrendas. 3 Cuando yo esté allí, enviaré a los que vosotros aprobéis por cartas, para llevar vuestro donativo a Jerusalén”. (1 Corintios 16:1-3).

Las ofrendas no eran para mantener a los pastores, ni para construir templos, ni para la manutención de los mismos, sino para los cristianos pobres. Para que ellos se ayudaran en sus necesidades.

25 “Pero ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos. 26 Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres de entre los santos que están en Jerusalén”. (Romanos 15:25-26).

1 “Ahora, hermanos, os hacemos conocer la gracia de Dios que ha sido concedida a las iglesias de Macedonia; 2 que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su extrema pobreza abundaron en las riquezas de su generosidad. 3 Porque doy testimonio de que espontáneamente han dado de acuerdo con sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, 4 pidiéndonos con muchos ruegos que les concediéramos la gracia de participar en la ayuda para los santos”. (2 Corintios 8:1-4).

 20 “evitando que nadie nos desacredite con respecto a este abundante donativo que administramos. 21 Porque procuramos que las cosas sean honestas, no sólo delante del Señor, sino también delante de los hombres”. (2 Corintios 8:20-21).

Vemos en todo esto, como se ayudaban entre si las iglesias del Señor. Unas iglesias que podían económicamente mandaban a otras donde escaseaban. ¡Que buen ejemplo de generosidad fraternal! Hoy, ya no se ve eso como leemos en 2ª de Corintios 8: 14 y 15, diciéndonos:

Sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad, como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos.

Lo que si se ve; es la exigencia constante de pastores y líderes evangélicos que tratan de alegrarle el oído a la gente, diciendo que si diezman; Dios va a abrir las ventanas de los cielos y los va a bendecir abundantemente. Esto es una falacia; ya que esta promesa no tiene su aplicación para nosotros hoy. Un día si la tuvo para el pueblo de Israel; pues era una obligación que dieran sus diezmos, porque estaban bajo la ley.

La bendición, nosotros los cristianos la tenemos desde el momento que nos convertimos; ya que por gracia (favor no merecido) hemos sido salvos (Efesios 2:8). Jesús se hizo pobre, para que nosotros fuéramos enriquecidos.

“Ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre siendo rico, para que vosotros con su pobreza fuerais enriquecidos”. (2 Corintios 8:9).

Solamente por creer en Él y serle fiel, viviendo conforme a su Palabra tenemos aseguradas toda clase de bendiciones.

Los diezmos hoy se piden fuera de contexto, solamente para cubrir necesidades y para mantener la cuenta bancaria o caja de la iglesia con bonitos fondos. Se piden, para pagar al pastor o pastores, para pago de mantenimiento del templo, para pago de agua, de luz, de limpieza, para adornos, para cubrir gastos de actividades, etc.

En casi todo lo que se invierten hoy los diezmos en realidad no es necesario. No es algo que Dios nos ha llamado a hacer; porque el enfoque del reino de los cielos no está en construcciones de templos, salarios remunerados y realización de actividades. El enfoque real del reino de los cielos, son las necesidades personales de las personas; cristianas y no cristianas. Y para ello no se debe imponer un porcentaje de dinero para dar; sino lo que nazca del corazón y de acuerdo a las necesidades.

Lo del diezmo es influencia del judaísmo en la iglesia denominacional evangélica y otras. Históricamente el establecimiento de los diezmos se puede ubicar por el siglo VIII donde ya la secta católica los pedía para el sostenimiento del clero romano. Luego ellos lo quitaron y fue la iglesia reformada que volvió a adoptar esta práctica para el mismo uso (sostenimiento de pastores).  En la Iglesia  no era así ni debe ser así. Ni tampoco las ofrendas se administraban como hoy se administran. Si el Apóstol Pablo hubiera pedido diezmos en su época, se habría enriquecido exageradamente, pues había engendrado muchas iglesias. ¡Vemos que no lo hizo!

9. El nombramiento del Clero

El clero, no es más que una copia casi exacta del liderazgo de la secta Católica Romana. El clero son los líderes que están al control de la iglesia. Este término no se encuentra en las Escrituras.  Se distingue claramente entre pastores y laicos. Los pastores son el clero, en la iglesia Católica (los sacerdotes). Ellos viven de los diezmos y ofrendas de la gente. Los laicos por su parte se dedican fuertemente en el trabajo de la iglesia, pero no reciben remuneración alguna por ello.

Aunque Jesús mismo dice, que el que anuncia el evangelio puede vivir de eso.

7 “Posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No andéis de casa en casa”. (Lucas 10:7).

También el Apóstol Pablo, haciendo referencia a este texto dice:

 14 “Así también ordenó el Señor a los que anuncian el Evangelio, que vivan del Evangelio”. (1 Corintios 9:14).

Pero, hoy día muchos se han aprovechado de esto y no solamente viven del evangelio, sino que se hacen millonarios. El plan de Jesús, no era eso porque claramente nos dice:

10 “Tampoco llevéis bolsas para el camino, ni dos vestidos, ni zapatos, ni bastón; porque el obrero es digno de su alimento”. (Mateo 10:10).

Sin lugar a dudas Jesús, no quería que sus discípulos se aprovecharan de la gente, ni que recibieran un salario, sino que únicamente tuvieran para su alimento.

Hoy sin embargo la gran mayoría de pastores evangélicos se han convertido en asalariados, imitando el tipo de remuneración que se recibe en cualquier empresa o institución del mundo, recibiendo sueldos mensuales, bonos y regalos materiales con frecuencia que les sirve para vivir adecuadamente sin ningún otro compromiso más que de leer las Escrituras y orar cundo se le pide que lo haga.

Pablo por el contrario no se aprovechó nunca de las iglesias, él nos dice:

“Nunca he querido que me den dinero ni ropa. Ustedes bien saben que con mis propias manos he trabajado, para conseguir todo lo que mis ayudantes y yo hemos necesitado para vivir”. (Hechos 20:33-34).

 14 “Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio. 15 Pero yo nunca me he aprovechado de nada de esto, ni tampoco he escrito al respecto para que se haga así conmigo. Pues para mí sería mejor morir, antes que alguien me quite este motivo de orgullo. 16 Porque si anuncio el Evangelio, no tengo de qué jactarme, porque me es impuesta necesidad; pues ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio! 17 Por eso, si lo hago de buena gana, tendré recompensa; pero si lo hago de mala gana, de todos modos el llevarlo a cabo me ha sido confiado. 18 ¿Cuál es, pues, mi recompensa? Que predicando el Evangelio, pueda yo presentarlo gratuitamente, para no abusar de mi derecho en el Evangelio”. (1 Corintios 9:14-18).

 7 “Vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos, porque no hemos vivido desordenadamente entre vosotros, 8 ni hemos comido de balde el pan de nadie. Más bien, trabajamos arduamente hasta la fatiga, de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; 9 no porque no tuviésemos autoridad, sino para daros en nuestras personas un ejemplo a imitar”.  (2 Tesalonicenses 3:7-9).

Aquí se incluyen: Silas y Timoteo (2 Tesalonicenses 1:1).

Pues no somos como muchos, que trafican con la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo. (2 Corintios 2:17).

Aquí se incluye a Bernabé (1 Corintios 9:6).

Recordemos, Pablo era un constructor de tiendas (casas de campaña).

 “Después de esto, Pablo partió de Atenas y fue a Corinto. 2 Y habiendo hallado a un judío llamado Aquila, natural de Ponto, recién llegado de Italia con Priscila su mujer (porque Claudio había mandado que todos los judíos fueran expulsados de Roma), Pablo acudió a ellos. 3 Como eran del mismo oficio, permaneció con ellos y trabajaba, pues su oficio era hacer tiendas”. (Hechos 18:1-3).

Nunca Pablo vivió del Evangelio. ¡Qué bueno que la misma actitud tuvieran todos!

Al contrario, hay muchos que están bien acomodados viviendo esta forma de vida fácil. Son asalariados y lo que menos tienen es amor por sus ovejas.

 11 “Yo soy el buen pastor; el buen pastor pone su vida por las ovejas. 12 Pero el asalariado, que no es el pastor, y a quien no le pertenecen las ovejas, ve que viene el lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo arrebata y esparce las ovejas. 13 Huye porque es asalariado, y a él no le importan las ovejas”. (Juan 10:11-13).

Jesús es todo lo contrario. ¿No sería mejor confiar únicamente en Jesús, el buen pastor y no en los pastores asalariados? De estos están llenas las iglesias denominacionales evangélicas.

El Evangelio adulterado de hoy se ha vuelto un medio de vida y no se está realmente por amor. De ahí que muchos hoy apoyan fuertemente la doctrina de la prosperidad, solamente para aumentar sus finanzas. Esta doctrina es falsa pues no encuentra su apoyo en las Escrituras.

Veamos cómo vivían los siervos de Dios del Nuevo Testamento:

 11 “Hasta la hora presente sufrimos hambre y sed, nos falta ropa, andamos heridos de golpes y sin dónde morar. 12 Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos. Cuando somos insultados, bendecimos; cuando somos perseguidos, lo soportamos; 13 cuando somos difamados, procuramos ser amistosos. Hemos venido a ser hasta ahora como el desperdicio del mundo, el desecho de todos”. (1 Corintios 4:11-13).

Aquí se incluye a Sostenes (1 Corintios 1:1).

8 “Estamos atribulados en todo, pero no angustiados; perplejos, pero no desesperados; 9 perseguidos, pero no desamparados; abatidos, pero no destruidos. 10 Siempre llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús por todas partes, para que también en nuestro cuerpo se manifieste la vida de Jesús. 11 Porque nosotros que vivimos, siempre estamos expuestos a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal”. (2 Corintios 4:8-11).

Aquí se incluye a Timoteo (2 Corintios 1:1).

23 “¿Son ministros de Cristo? (Hablo como delirando.) ¡Yo más! En trabajos arduos, más; en cárceles, más; en azotes, sin medida; en peligros de muerte, muchas veces. 24 Cinco veces he recibido de los judíos cuarenta azotes menos uno; 25 tres veces he sido flagelado con varas; una vez he sido apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado en lo profundo del mar. 26 Muchas veces he estado en viajes a pie, en peligros de ríos, en peligros de asaltantes, en peligros de los de mi nación, en peligros de los gentiles, en peligros en la ciudad, en peligros en el desierto, en peligros en el mar, en peligros entre falsos hermanos; 27 en trabajo arduo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez. 28 Y encima de todo, lo que se agolpa sobre mí cada día: la preocupación por todas las iglesias”. (2 Corintios 11:23-28).

En la iglesia de Cristo nadie se cree más que nadie, o sea no hay una jerarquía religiosa y todos trabajan, porque es un cuerpo donde cada uno tiene distintas responsabilidades.

 3 “Digo, pues, a cada uno de vosotros, por la gracia que me ha sido dada, que nadie tenga más alto concepto de sí que el que deba tener; más bien, que piense con sensatez, conforme a la medida de la fe que Dios repartió a cada uno. 4 Porque de la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, pero todos los miembros no tienen la misma función; 5 así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero todos somos miembros los unos de los otros. 6 De manera que tenemos dones que varían según la gracia que nos ha sido concedida: Si es de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; 7 si es de servicio, en servir; el que enseña, úselo en la enseñanza; 8 el que exhorta, en la exhortación; el que comparte, con liberalidad; el que preside, con diligencia; y el que hace misericordia, con alegría”. (Romanos 12:3-8).

En la iglesia tradicional evangélica, las  personas que no son del clero se han quedado solamente como espectadores de actividades religiosas. Lo que hacen es solamente ir a los cultos, sentarse, ofrendar, diezmar, cantar y escuchar la predicación. Esto es todo. Y la mayoría solo cada domingo. ¡Este es el gran servicio que le dan a Dios!

Mientras los pastores en sus oficinas, bien acomodados, haciendo o revisando algún plan de trabajo, atendiendo a algún hermano o preparando el mensaje para el próximo domingo. Muchos de ellos con sus buenos carros, sus buenas casas, terrenos, fincas, cuentas bancarias, etc. Todo esto, ¡Por supuesto, a costas de la gente! ¡El Evangelio no es así!

Todo esto es producto del catolicismo romano, pues la iglesia Evangélica adopto este medio para dar empleos a sus líderes. Debería de haber servicio pero sin remuneración  ya que muchos siervos del Señor no aceptaron esto (Pablo, Silas, Bernabé, Timoteo, Sostenes, Aquila, Priscila, Gallo, Aristarco, Lucas, Juan Marcos, etc).

10. El adquirir personería jurídica

Que la iglesia tenga personería jurídica o sea representatividad ante el Estado; es algo que va en contra de lo que la Escritura nos dice sobre la función de la iglesia en la tierra. La iglesia es única, sin compromiso más que con Cristo, por eso Él les dijo a los primeros integrantes de su iglesia

 19 “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo. Pero ya no sois del mundo, sino que yo os elegí del mundo; por eso el mundo os aborrece”. (Juan 15:19).

De igual manera Jesucristo manifiesta su forma de pensar en cuanto a lo que corresponde a Dios y a lo que corresponde al gobierno de esta tierra; haciendo claramente la distinción que cada cosa es independiente de la otra

Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. (Mateo 22:21)

También el apóstol Pablo nos dice:

1 “Siendo, pues, que habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios. 2 Ocupad la mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra; 3 porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”. (Colosenses 3:1-3).

Estos versículos, como muchos otros nos indican que como iglesia en general, no es, el   tener representatividad legal ante el Estado, pues no somos  de este mundo.

Lo que hace que las denominaciones evangélicas adquieran esta representatividad, se debe porque manejan cantidades de dinero; por las cuales tienen que pagar impuestos al Estado. También porque tienen propiedades (templos, librerías, radio, colegios, etc.). Esto produce; que se lleve una administración de escritorio y oficinas, donde cada iglesia tiene que contribuir con sus impuestos. Esto también hace que se tengan estatutos internos de cada denominación para su representatividad ante la Nación.

En la iglesia de Cristo nunca ocurrió eso. No vemos a un Pedro o a un Pablo con sus secretarias detrás de un escritorio en una oficina. Ni encontramos que la iglesia tuviera sus estatutos internos. Lo que ha producido la personería jurídica, es que la iglesia sea una entidad con fines lucrativos, y eso es pecado.

Hoy, vemos que los colegios “cristianos” tienen cuotas establecidas para cada estudiante, también vemos que los locutores “cristianos” cobran un salario por su trabajo, en las librerías hay empleadas, lo mismo que en las oficinas de la iglesia. La iglesia se alió con el Estado desde Constantino y desde ahí entro la apostasía que es lo que permanece hasta el día de hoy en las distintas sectas y denominaciones del “cristianismo” tradicional.

Se puede y se debe vivir sin personería jurídica, pues no hay necesidad de construcción de templos, ni de estatutos internos, ni de todo el resto del paquete que los hombres para su propia conveniencia y negocio personal han creado.

El Evangelio es como un cáncer, que va carcomiendo cada uno de los sectores de la sociedad de manera individual por medio del testimonio de cada cristiano. La iglesia entonces debe ser un organismo viviente, no una organización humana o institución religiosa. Lamentablemente la iglesia evangélica, es una organización e institución.

Esto a lo que le da realce es; al individualismo, pues deja que unas cuantas personas nada más, por medio de la representatividad institucional den a conocer, no a la iglesia de Cristo, sino a una denominación particular.

La iglesia está formada por extranjeros, o sea personas que no pertenecen a esta tierra y que por lo tanto no tienen alianzas con este mundo corrupto. Cada uno de los que pertenecemos a dicha iglesia somos peregrinos que solo estamos de paso, no somos permanentes, pues nuestra ciudadanía está en los cielos.

Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el  alma. (1 Pedro 2:11)

Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo. (Filipenses 3:20)

Claro está que mientras estemos en esta tierra tenemos que someternos a las instituciones humanas y al gobierno terrenal, todo esto implica mantener una ciudadanía con derechos y obligaciones donde destacan el mantener papelería personal actualizada y en orden, así como el pago de impuestos ¡pero ojo! Siempre y cuando sus ordenanzas u obligaciones, no vayan en contra del evangelio de Cristo.

Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuren de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al  considerar vuestras buenas obras. Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior,  ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque ésta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos. (1 Pedro 2:12-15)

Pero la Iglesia (asamblea o grupo de creyentes) es diferente, pues al único al que debe sujetarse es a su Señor.

Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así  también las casadas lo estén a sus maridos en todo. (Efesios 5:24)

11. El enfoque en las actividades y no en las personas

La iglesia Evangélica  contemporánea emplea todo sus recursos y esfuerzo humano en la organización de actividades (campañas evangelísticas, conciertos, cenas conferencias, celebración de Navidad, celebración del día del padre y de la madre, tardes recreativas deportivas, campamentos, recaudación de fondos para construcciones, retiros, vigilias, etc).

Mientras la iglesia evangélica pierde su tiempo en esas actividades, hay mucha gente que no tiene abrigo, casa y ni siquiera alimento. La iglesia se ha olvidado de las necesidades particulares de la gente.

En la Iglesia era todo lo contrario, veamos:

42 “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en las oraciones. 43 Entonces caía temor sobre toda persona, pues se hacían muchos milagros y señales por medio de los apóstoles. 44 Y todos los que creían se reunían y tenían todas las cosas en común. 45 Vendían sus posesiones y bienes, y los repartían a todos, a cada uno según tenía necesidad”. (Hechos 2:42-45).

34 “No había, pues, ningún necesitado entre ellos, porque todos los que eran propietarios de terrenos o casas los vendían, traían el precio de lo vendido 35 y lo ponían a los pies de los apóstoles. Y era repartido a cada uno según tenía necesidad”. (Hechos 4:34-35).

Hoy, en muchas iglesias evangélicas en lugar de ayudar al necesitado, estafan a la gente pidiéndole dinero que no pueden dar por la pobreza en que viven. Nunca encontramos en el Nuevo Testamento a ninguna iglesia que se enfoque en el hacer actividades, en llenar calendario y hacer planes de trabajo. No se puede encontrar a Pablo parándose en tarimas de estadios en cruzadas o campañas evangelísticas. La evangelización se daba, pero de manera espontánea, según el Espíritu Santo los guiaba. Hoy, como ya no existe esa guianza, se ha optado por actividades organizadas donde es el hombre que las dirige y no Dios.

Por ello, es que el evangelio tradicional de hoy, se ha convertido en un negocio y se necesita de personería jurídica, ya que se manejan grandes sumas de dinero que entran a las cajas o cuentas bancarias de cada iglesia de donde se tiene que reportar un impuesto al Estado.

El Evangelio, va de la mano con la ayuda social a la gente necesitada. Pablo nos dice:

“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. (Hechos 20:35).

“Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos, y de los maltratados, como si vosotros estuvierais en su mismo cuerpo”. (Hebreos 13:3).

“Y de hacer el bien y de la ayuda mutua no os olvidéis, porque de tales sacrificios se agrada Dios”. (Hebreos 13:16).

Muchas denominaciones evangélicas hoy; solamente aumentan cada mes sus intereses en los  bancos y pasan de fiesta en fiesta, celebrando aniversario tras aniversario (de caballeros, femenil, jóvenes, ictus, ancianos, niños, del templo, de la iglesia, cumpleaños personales, despedidas de solteros, bebí shager, etc). Este tipo de iglesia no se parece en nada con la iglesia del Señor del Nuevo Testamento. Es una iglesia apostata, muy alejada de Dios y de los principios bíblicos. ¡Que Dios tenga misericordia de ella!

Todo esto es producto del paganismo introducido en la iglesia.

12. El establecimiento de los cultos

¿Hay algo diferente o nuevo en los cultos evangélicos? No, siempre es el mismo programa o formato. Primero orar, luego cantar un himno sentados, luego otro parados, después reciben la ofrenda de banca en banca, luego cantan unos coros y por último la predicación y los anuncios. Esa es más o menos la secuencia de la programación de la inmensa mayoría, por no decir de todas las iglesias denominacionales evangélicas.

¿Quieren saber algo? En la iglesia de Cristo, ni existían los cultos. Mucho menos cultos programados. Ellos vivían en adoración a Dios. No iban al culto. O sea, siempre alababan a Dios en sus corazones y en todo lugar.  Veamos:

19 “hablando entre vosotros con salmos, himnos y canciones espirituales; cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; 20 dando gracias siempre por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.”(Efesios 5:19-20).

Lo que hacían era reunirse para tener comunión y de esa manera oraban y alababan al Señor.

 42 “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en las oraciones. 47 alabando a Dios y teniendo el favor de todo el pueblo. Y el Señor añadía diariamente a su número los que iban  siendo salvos.” (Hechos 2:42,47).

En sus reuniones no había un director, ni un predicador ni quienes recibieran la ofrenda. Todo era espontáneo, no había programación; pues era el Espíritu Santo quien guiaba todo.

 26 “¿Qué significa esto, hermanos? Que cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene un salmo o una enseñanza o una revelación o una lengua o una interpretación. Todo se haga para la edificación.” (1 Corintios 14:26).

En la Iglesia se reunían los hermanos aparte de alabar a Dios juntos y tener comunión; para animarse unos a otros en su fe cristiana.

 “Considerémonos los unos a los otros para estimularnos al amor y a las buenas obras. 25 No dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre; más bien, exhortémonos, y con mayor razón cuando veis que el día se acerca”. (Hebreos 10:24-25).

En realidad esto de los cultos programados y en forma de ceremonia en las distintas denominaciones evangélicas es una copia que se ha tratado de imitar para continuar con la forma tradicional de alabar a Dios parecido al orden de culto católico y estos a su vez del antiguo testamento, aunque sea una imitación muy mala, de todas formas por ser del antiguo pacto ha quedado abolido.

 Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y  un santuario terrenal. (Hebreos 9:1)

Ahora en el nuevo pacto el culto a Dios es de manera individual, viviendo voluntariamente una vida santa y conservando los pensamientos sin pecado y de esa forma adorar a Dios espiritualmente, sin necesidad de objetos o de santuario (templo), sino de corazón sin fingimiento ni a la fuerza.

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Romanos 12:1-2)

Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. (Juan 4:23-24)

 Los cultos programados de hoy son imitación de misas de la iglesia católica romana que todo lo hace estilo ceremonia.

13. La división en Sociedades y comités

La división nunca es productiva porque en vez de sumar le resta a la iglesia. Como es una organización y no un organismo viviente, es que se le ha dado lugar a esto. Ellos dicen que es porque así se trabaja mejor, cada quien enfocándose en un sector y en un aspecto determinado.

Pero en el Nuevo Testamento no se encuentra que la iglesia trabajara de esa manera. Al contrario eran un solo equipo pues siempre estaban juntos.

14 “Todos éstos perseveraban unánimes en oración junto con las mujeres y con María la madre de Jesús y con los hermanos de él.” (Hechos 1:14).

“Cuando llego el día de Pentecostés estaban todos unánimes juntos”. (Hechos 2:1).

 “Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común”. (Hechos 2:44).

Hoy vemos a la femenil o damas por un lado, a los caballeros en otro, los jóvenes y los niños por otro. Todo es una programación donde lo que menos hay es unión y amor entre todos, pues no se desarrolla la comunión.

Prácticamente es como un club social pero nunca una iglesia de Cristo. Esto es influencia del mundo, donde se dividen y forman grupos.

14. La fantasía de los supuestos milagros

Poco se ve la manifestación del poder sobrenatural de Dios en esta época. Por eso Jesús desde hace mucho antes nos dijo:

 “Sin embargo, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8).

Esto es una pregunta retórica que nos hace, la cual ella misma da la respuesta, ¡no! La gente no confía en Dios ni es hacedora de su Palabra.

Pero cuando la iglesia iniciaba se vieron milagros grandiosos.

Veamos algunos de ellos:

4 “Ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder”. (1 Corintios 2:4).

Pablo y los Apóstoles no solamente hacían discípulos sino que demostraban el poder de Dios con los milagros.

11 “Dios hacía milagros extraordinarios por medio de las manos de Pablo; 12 de tal manera que hasta llevaban pañuelos o delantales que habían tocado su cuerpo para ponerlos sobre los enfermos, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían de ellos”. (Hechos 19:11-12).

 6 “Pero Pedro le dijo: No tengo ni plata ni oro, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda! 7 Le tomó de la mano derecha y le levantó. De inmediato fueron afirmados sus pies y tobillos, 8 y de un salto se puso de pie y empezó a caminar. Y entró con ellos en el templo, caminando, saltando y alabando a Dios. 9 Todo el pueblo le vio caminando y alabando a Dios. 10 Reconocían que él era el mismo que se sentaba para pedir limosna en la puerta Hermosa del templo, y se llenaron de asombro y de admiración por lo que le había acontecido”. (Hechos 3:6-10).

Hoy lo que existe en los templos evangélicos es oro y plata pero no poder en sus líderes.

12 “Por las manos de los apóstoles se hacían muchos milagros y prodigios entre el pueblo, y estaban todos de un solo ánimo en el pórtico de Salomón. 13 Pero ninguno de los demás se atrevía a juntarse con ellos, aunque el pueblo les tenía en gran estima. 14 Los que creían en el Señor aumentaban cada vez más, gran número así de hombres como de mujeres; 15 de modo que hasta sacaban los enfermos a las calles y los ponían en camillas y colchonetas, para que cuando Pedro pasara, por lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. 16 También de las ciudades vecinas a Jerusalén, concurría una multitud trayendo enfermos y atormentados por espíritus impuros; y todos eran sanados”. (Hechos 5:12-16).

 33 “Allí encontró a cierto hombre llamado Eneas, que estaba postrado en cama desde hacía ocho años, pues era paralítico. 34 Pedro le dijo: “Eneas, ¡Jesucristo te sana! Levántate y arregla tu cama.” De inmediato se levantó, 35 y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor”. (Hechos 9:33-35).

 36 “Entonces había en Jope cierta discípula llamada Tabita, que traducido es Dorcas. Ella estaba llena de buenas obras y de actos de misericordia que hacía. 37 Aconteció en aquellos días que ella se enfermó y murió. Después de lavarla, la pusieron en una sala del piso superior. 39 Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó, le llevaron a la sala y le rodearon todas las viudas, llorando y mostrándole las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. 40 Después de sacar fuera a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y vuelto hacia el cuerpo, dijo: “¡Tabita, levántate!” Ella abrió los ojos, y al ver a Pedro se sentó. 41 El le dio la mano y la levantó. Entonces llamó a los santos y a las viudas, y la presentó viva. 42 Esto fue conocido en todo Jope, y muchos creyeron en el Señor”. (Hechos 9:35-37,39-42).

Hoy en las iglesias conservadoras no se ven esta manifestaciones. Todo lo contrario ocurre en las iglesias neopentecostales donde ciertos hombres “supuestos siervos de Dios” realizan supuestos  milagros o cosas asombrosas.

Sin embargo, con otras muchas manifestaciones que realizan, que tampoco tienen  base en las Escrituras, quedan desenmascarados ellos mismos como falsos. Pues entre otras cosas, botan o tiran a la gente y hablan palabras inentendibles y además con griterío de una manera desordenada. Los Siervos de Dios en toda la Escritura nunca hicieron esto. Estos son los falsos profetas de los que nos habló Jesús:

15 “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero que por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?” (Mateo 7:15-16).

 22 “Muchos me dirán en aquel día: ‘¡Señor, Señor! ¿No profetizamos en tu nombre? ¿En tu nombre no echamos demonios? ¿Y en tu nombre no hicimos muchas obras poderosas?’ 23 Entonces yo les declararé: ‘Nunca os he conocido. ¡Apartaos de mí, obradores de maldad!” (Mateo 7:22-23).

Lo que hacen estos hombres hoy, “supuestos ungidos de Dios” es puro espectáculo; solamente para atraer a las multitudes y sacar provecho de ellas con el dinero que depositan en los canastos o sobres de ofrenda; pues reciben miles de miles.

 1 “También debes saber esto: que en los últimos días se presentarán tiempos difíciles. 2 Porque habrá hombres amantes de sí mismos y del dinero. Serán vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos. 5 Tendrán apariencia de piedad, pero negarán su eficacia. A éstos evita”. (2 Timoteo 3:1.2, 5).

Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales  el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición  no se duerme. (2 Pedro 2:2-3)

Lamentablemente la gente por ignorar lo que dice la Escritura se lo cree todo y se deja engañar fácilmente. No cabe duda que estamos en los últimos momentos de la historia de la Verdadera Iglesia.

En esta iglesia no nos dejamos guiar por lo que vemos, ya que: Porque por fe andamos, no por vista (2 Corintios 5:7)

Además entendemos que los días del Hijo del Hombre y del inicio de la iglesia fueron especiales y únicos de la historia.

Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis. Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis. (Lucas 17:22-23)

Por lo tanto no debemos creer ni asistir a esos supuestas cruzadas y sanidades de poder y milagros, pues la verdadera iglesia es la que guarda la Palabra del Señor.

Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poco poder, has guardado mi palabra, y  no has negado mi nombre. (Apocalipsis 3:8)

Conclusión:

Jesucristo está a las puertas. Salgamos de las denominaciones, sectas y religiones que todas en sí conforman la gran babilonia o gran ramera.

Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. (Apocalipsis 18:4-5)


¡Entremos, en ese remanente escogido de hombres y mujeres fieles a Él, antes de su segunda venida! LA IGLESIA DE CRISTO.

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