JESUCRISTO ES DIOS
A continuación, veremos
algunos textos que confirman que ese Dios que se reveló en tiempos antiguos,
con el nombre de Jehová, (o Yahvé según traducción), es el mismo que se ha
revelado en estos postreros días con el nombre y en la persona de Jesucristo.
(Hebreos 1: 1-2).
Miqueas 5: 2 dice: “Y tú,
oh Belén Efrata, el demasiado pequeño para llegar a estar entre los miles de
Judá, de ti me saldrá aquel que ha de llegar a ser gobernante en Israel, cuyo
origen es de tiempos tempranos, desde los días de tiempo indefinido.”
Aquí vemos por un lado que
sería el gobernante de Israel, y por otro, que sus días son de tiempos
indefinidos, esto es, desde la eternidad; No creado, sino desde siempre. Esto
solo puede corresponder por simple lógica a Dios, pero que en ésta profecía se
refería claramente a Jesús, quien nacería en Belén.
En Isaías capítulo siete
versículo catorce dice:
La doncella misma realmente
llegará a estar encinta, y ella está dando a luz un hijo, y ciertamente le
pondrá por nombre Emanuel.
El nombre Emanuel significa,
como todos sabemos, “con nosotros está Dios”; así que ese niño que nació en
Belén, era el mismísimo Dios con nosotros (Mateo 1: 23 y Filip. 2: 5-7).
En Isaías capítulo nueve
versículo seis dice:
Porque un niño nos ha
nacido, un hijo se nos ha dado; y el gobierno principesco vendrá a estar sobre
su hombro. Y por nombre se le llamará Maravilloso Consejero, Dios Poderoso,
Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Estos calificativos en
singular, por puro sentido común, solo le corresponden al único Dios Verdadero,
y se está refiriendo a Jesucristo. ¿A quién si no se le puede llamar Padre si
no a Dios? Jesús dijo:
“No llamen padre de ustedes
a nadie sobre la tierra, porque uno solo es su Padre, el Celestial” (Mateo 23:
9).
Ezequiel capítulo treinta y
cuatro versículo once dice:
“Porque esto es lo que ha
dicho el Señor Jehová: Aquí estoy, yo mismo, y ciertamente buscaré a mis ovejas
y las cuidaré…Yo mismo apacentaré a mis ovejas y yo mismo haré que se
recuesten”.
Es sabido que el Pastor de
Israel es Jehová (Salmo 23), y como podemos ver claramente en el versículo
anterior, Él mismo vendría a buscar a sus ovejas. Pues bien, ésta profecía de
Ezequiel 34 se cumplió en la persona de nuestro Señor Jesucristo. En el
capítulo 10 del Evangelio de Juan, Jesucristo se presenta como el Buen Pastor,
no sólo de Israel, sino de todos; a quien pertenecen las ovejas y éstas le oyen
y le siguen. No hay más que comparar Ezequiel 34 con Juan 10, para darse
cuenta, que Jesucristo es Dios, el Pastor que iba a venir en busca de sus
ovejas.
Cuando Él se llama el Buen Pastor, debemos recordar cuando aquel
joven rico en Mateo 19: 16, 17 llamó a Jesús: “bueno” y Jesús le respondió diciendo:
¿Por qué me llamas bueno?
Ninguno hay bueno sino uno: Dios.
Por consiguiente, cuando Él
se llama el Buen Pastor, no está más que confirmando que Él es Dios. Por eso
los judíos le apedrearon , porque decían que
siendo hombre, se hacía Dios (Juan 10: 33).
En Isaías capítulo cuarenta
y cuatro versículo seis, dice:
Así dijo Jehová Rey de
Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el
último, y fuera de mí no hay Dios.
Vamos a demostrar que el
Dios que se manifestó al pueblo de Israel en el primer pacto con el nombre de
Jehová, es el mismo Dios que se ha manifestado en el segundo pacto con el
nombre de Jesucristo:
En Revelación capítulo uno
versículo siete y ocho dice:
He aquí que viene con las
nubes, y todo ojo lo verá, y los que le traspasaron, y todos los linajes de la
tierra harán lamentación por él. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin,
dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
En Mateo capítulo 24,
concretamente en el versículo 30 dice:
… y verán al Hijo del hombre
viniendo sobre las nubes del cielo.
Así que, el que vendrá con
las nubes, es al que traspasaron, es el Alfa y la Omega, principio y fin, el
Todopoderoso.
En Revelación capítulo 1
versículos 17 y 18 de nuevo dice:
No temas; yo soy el primero
y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los
siglos de los siglos.
En Revelación capítulo 2
versículo 8, de nuevo dice:
El primero y el último, el
que estuvo muerto y vivió dice esto.
En Revelación capítulo 22
versículos 12 y 13, nuevamente dice el Señor:
“He aquí yo vengo pronto… Yo
soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.”
Si tomamos las palabras:
ALFA (primera letra del alfabeto griego) PRIMERO y PRINCIPIO, vemos que son palabras sinónimas,
es decir, tienen el mismo significado. Igualmente, las palabras: OMEGA (última
letra del alfabeto griego), ÚLTIMO, y FIN, son palabras que tienen el mismo
significado.
Por tanto, el Alfa y la Omega, el principio y el
fin, el primero y el último… es el mismo: JESUCRISTO, el que es y que era y ha de venir, el
Todopoderoso, (1:8), el primero y el último,
el que estuvo muerto y vivió (2:8).
Juan en su primera carta en
el capítulo 5, versículo 20 dice:
Pero sabemos que el Hijo de
Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y
estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios, y la
vida eterna. ¡Sin duda!
Cuando vemos en las
Escrituras que el Hijo se somete al Padre y hace todo lo que Él manda,
haciéndose inferior a Éste, es para darnos el ejemplo perfecto de la manera que
como hijos adoptivos, debemos dirigirnos y someternos al Padre, en definitiva,
para que sepamos cómo debemos conducirnos como hijos de Dios, durante nuestro
peregrinaje aquí en la tierra y así llegar al Reino de los Cielos.
En Juan capítulo uno versículo dieciocho dice:
A Dios nadie lo ha visto
jamás; el Dios unigénito que está en el seno del Padre, él lo ha revelado.
En la versión de los
Testigos de Jehová, este pasaje ha sido adulterado. Añaden la palabra “hombre”
que para nada aparece en el texto griego, y lo peor de todo es que escriben
“Dios” en minúscula. Esto sólo se puede hacer intencionadamente. No quieren
admitir que Jesucristo a quién se refiere este texto, es Dios en mayúsculas
(ver texto griego), falsificando así La Palabra. Isaías 44:6 dice: “FUERA DE MÍ
NO HAY DIOS”. De la misma manera que no podemos llamar Padre a nadie más que al
que está en los Cielos, tampoco podemos llamar Dios más que al único, al
verdadero, al que nos ha salvado; Jesucristo.
En Filipenses 2: 5 – 8, el
apóstol Pablo nos narra claramente, esa transformación del Padre Eterno (Isaías 9: 6), al Dios Hijo, (Jesucristo)
diciendo:
“Haya pues, en vosotros este
sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no
estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí
mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, y estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz.”
En Romanos capítulo 9
versículo 5 dice:
De quienes son los
patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre
todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.
En 1ª Timoteo capítulo 2
versículo 5 dice:
“Porque hay un solo Dios, y
un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”
En Colosenses capítulo 2 versículo 9 dice:
“Porque en él habita
corporalmente toda la plenitud de la Deidad”
Ante estas evidencias de que
Jesús es ese niño que nos nació según Isaías 9:6 y que sería llamado Padre
Eterno, solo nos cabe decir que es sin duda el mismo Dios. Oigan lo que sigue:
En el evangelio de Juan capítulo 14, había llegado la hora en que el mismo
Jesús se lo manifestara clara y rotundamente a sus discípulos; en los
versículos 7 – 9 dice:
Si me conocieseis también a
mi Padre conoceríais, y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
Felipe le dijo al Señor
Jesucristo:
Señor muéstranos al Padre y
nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me
has conocido Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre, ¿cómo pues,
dices tú: Muéstranos al Padre? (Sobran explicaciones).
Jesucristo en el versículo 6
del mismo capítulo 14, ya confesó que Él es Dios el Padre Eterno, diciendo:
Yo soy El Camino, y La
Verdad, y La Vida .
¿Quién puede atribuirse esto
sino sólo Dios?
En Colosenses 1: 15,
hablando del amado Hijo dice:
“Él es la imagen del Dios
invisible, el primogénito de toda creación (Juan 14:9).”
En Cristo se manifiesta la
deidad una y otra vez. Los mismos judíos lo entendieron, y por eso querían
acabar con él. En Juan 5: 18 se nos dice:
“A causa de esto realmente,
los judíos procuraban con más empeño matarlo, porque no solo quebraba el
sábado, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a
Dios”.
En Hebreos 5:5-6 y 7:1-3, se
nos dice claramente:
“Cristo hecho sacerdote para
siempre según el orden de Melquisedec. Cuyo nombre significa primeramente Rey
de Justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de Paz; sin padre, sin madre,
sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho
semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre”.
¿Quién puede ser éste
Sacerdote Eterno, que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sin padre,
sin madre, sin genealogía, hecho semejante al Hijo de Dios? ¡No puede estar más
claro!
Los Testigos de Jehová,
yerran porque ignoran las Escrituras y el poder de Dios. Los líderes usan
libros como “El conocimiento que lleva a la vida eterna” o “¿Qué enseña
realmente la Biblia?”, y revistas como “La Atalaya” o “Despertad” y folletos
varios… En ellos, manipulan la Verdad y engañan a muchos usando textos bíblicos
fuera de su contexto real, para conducirlos a sus ideologías e intereses. Para
que esto funcione, los Testigos de Jehová, son adiestrados a regirse solo por
sus libros y revistas, y no admiten ningún otro documento para que pueda ser
contrastado con la Biblia, como por ejemplo este folleto que hemos escrito.
Las Sagradas Escrituras, en
cambio, nos dice que probemos si los espíritus son de Dios, porque muchos
falsos profetas han salido por el mundo (1ª Juan 4: 1).
Los Testigos de Jehová,
tienen traducida su Biblia de una “versión inglesa”, y a los traductores lo
mantienen en anonimato, no sabemos porqué. Si comparamos su última versión
(digo la última porque han tenido varias), con la versión de 1.967 de
encuadernación verde, en la que tradujeron correctamente Hebreos capítulo uno
versículo seis donde dice:
…que todos los ángeles de
Dios adoren a Jesús.
Comprobaremos una vez más,
que cuando ellos (los líderes) se dieron cuenta que esto conllevaba el admitir
que Jesús es Dios, pues solo a Dios hemos de adorar (Mateo 4: 10), la
quitaron sutilmente de circulación,
sustituyéndola por otra versión en la que cambiaron la palabra “adoren” por la
de “rindan homenaje”…, y así han hecho
con todas las palabras dónde a Jesús se
le adora, cambiándolas por la de “rindieron homenaje”
“Mis ovejas oyen mi voz y yo
las conozco, y me siguen y yo les doy vida eterna” (Juan 10: 27, 28)
Medite: Jesús es el nombre
sobre todo nombre (Filipenses 2: 9)
“No hay otro nombre debajo
del cielo en el que podamos ser salvos” (Hechos 4: 12, y 1 Corintios 3:11).
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