No hay que diezmar
¡NO hay que diezmar! porque al diezmar no tenemos en cuenta la venida y el sacrificio de Cristo. La
ley de Moisés a la que corresponde el diezmo, fue dada al pueblo de Israel
(Levítico 27:30-34). Dicha ley tuvo su fin una vez que vino la Gracia o Ley de Cristo
(Mateo 11:13). Además la ley y los profetas, como es lógico ya que terminó con
la venida de Jesús (Lucas 16:16), nunca se le impuso o mandó a los gentiles
(Hechos 15). Por consiguiente, todo aquel que enseña el diezmo, NO es un verdadero discípulo de Jesús. Y todo aquel que diezma, está contribuyendo en
contra de Cristo, a que subsistan religiones o sectas con sus denominaciones;
obras de hombres con sus sacerdotes o pastores que impiden el que se conozca al
único Sacerdote o Pastor Jesucristo (Hebreos 7 y Juan 10).
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