LA MANIFESTACIÓN DE DIOS EN LOS DOS PACTOS
Así ha dicho Jehová, el Dios
de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a
puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su
pariente. Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y
cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres. Éxodo 32: 27 y 28
Mas Jehová nuestro Dios lo
entregó delante de nosotros; y lo derrotamos a él y a sus hijos, y a todo su
pueblo. Tomamos entonces todas sus ciudades, hombres, mujeres, niños; no
dejamos ninguno. Deuteronomio 3: 33 y 34
Así ha dicho Jehová de los
ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponerse en el camino
cuando subía a Egipto. Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que
tiene, y no te apiades de él: mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de
pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos. 1ªSamuel 15: 2 y 3
… dice Jehová. Porque yo
ampararé a esta ciudad para salvarla, por amor de mí mismo, y por amor de David
mi siervo. Y salió el ángel de Jehová y mató a ciento ochenta y cinco mil en el
campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que
todo era cuerpos de muertos. Libro del Profeta Isaías
capítulo 37: 34-36
Y le dijo Jehová: Pasa por
en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal a los
hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen
en medio de ella, Y a los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos
de él, y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Matad a
viejos, jóvenes, vírgenes, niños, mujeres, hasta que no quede ninguno. Libro del Profeta Ezequiel capítulo 9: 4, 5
y 6
Estando los hijos de Israel
en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de reposo. Y los
que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la
congregación; y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado qué se le
había de hacer. Y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre;
apedréelo toda la congregación fuera del campamento. Entonces lo sacó la
congregación fuera del campamento, y lo apedrearon, y murió, como Jehová mandó
a Moisés. Números 15:32-36
Además dijo Dios a Moisés:
Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de
Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi
nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos. Éxodo 3: 15
Hemos dejado este texto de
Éxodo 3 para afirmar una vez más que el nombre de Jehová le fue dado a los
hijos de Israel y que el “Este es mi nombre para siempre”, se ha de entender
bajo todo el contexto de este primer pacto. Dios tuvo que dar lugar a un segundo
pacto porque su pueblo Israel, incumplió y no permaneció en el pacto que Jehová
hizo con ellos, como podemos ver entre otros textos el de Hebreos 8:8 y 9,
donde dice:
He aquí vienen días, dice el
Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo
pacto; No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano
para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi
pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
Ahora bien, sí que tenemos
siempre en recuerdo ese nombre de Jehová que dio al pueblo de Israel.
Entendiendo siempre que fue para ese primer pacto, y no para continuar
llamándole Jehová en el segundo pacto o Testamento de Jesucristo.
En este segundo y gran
Pacto, Dios; por, en, y con el nombre de Jesucristo, hace del pueblo israelita
y gentil un único y sólo pueblo, como encontramos en la carta a Efesios
2:14-15:
Porque Él es nuestra paz,
que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,
aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en
ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo
la paz.
Dios, habiendo hablado
muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,…
Hebreos 1:1
…en estos postreros días nos
ha hablado por el Hijo. Hebreos 1: 2
Oísteis que fue dicho: Ojo
por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo;
antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la
otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la
capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él
dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. Mateo 5: 38-42
Oísteis que fue dicho:
Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a
vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os
aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen. Mateo 5:44
Recorría Jesús todas las
ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el
evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y
al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y
dispersas como ovejas que no tienen pastor. Mateo 9:35-36
Jesús le respondió: El
primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor
uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y
con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y
el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro
mandamiento mayor que éstos. Marcos
12:29-31
Porque si amáis a los que os
aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.
Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también
los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis
recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los
pecadores, para recibir otro tanto. Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced
bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y
seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y
malos. Lucas 6:32-35
Viendo los que estaban con
Él lo que había de acontecer. Le dijeron: Señor, ¿heriremos a espada? Y uno de
ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha.
Entonces respondiendo Jesús, dijo: Basta ya, dejad. Y tocando su oreja le
sanó. Lucas 22: 49-51
Y cuando llegaron al lugar
llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la
derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no
saben lo que hacen. Lucas 23: 33-34
Este es mi mandamiento: Que
os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este,
que uno ponga su vida por sus amigos. Juan 15:12-13
Esto os mando: Que os améis
unos a otros. Juan 15:17
Lo que queremos dejar claro
con este escrito, es la grandísima diferencia que hay de la manifestación de
Dios entre el primer y segundo pacto para con los hombres.
Como podemos apreciar en el
primer pacto, Dios, se manifestó con el nombre de Jehová (en otras versiones
Yahvé), al pueblo de Israel que Él había escogido entre todos los pueblos. Un
Dios defensor de su pueblo, castigador y vengador para con los que desobedecían
y oponían a su ley.
Mientras que en el segundo
pacto, Dios, se ha manifestado con el nombre de Jesucristo, incluyendo a los
demás pueblos (gentiles) como pueblo suyo, no haciendo ninguna diferencia,
siendo misericordioso y compasivo para con todos, dejando el juicio para el Día
Postrero.
En Jesucristo encontramos la
manifestación perfecta de Dios, dejándonos clarísimamente que:
En ningún otro hay salvación;
porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser
salvos Hechos 4: 12.
En el nuevo y mejor pacto no
aparece ni tan solo una vez el nombre de Jehová. Sin en cambio las sectas o
religiones, por no haber entendido o no querer entender el cambio que hubo con
la venida de Jesucristo, siguen erróneamente llamando a Dios con el nombre de
Jehová. Hemos podido ver algunos textos de ambas revelaciones o manifestaciones
y la diferencia es total y absoluta. En el nuevo pacto no cabe llamar a Dios
Jehová, ya que este nombre fue para el pueblo de Israel y solamente hasta la
venida de Cristo.
Nuestro Maestro y Señor así
nos dio ejemplo y nos lo enseñó como por ejemplo cuando oraba.
Aconteció que estaba Jesús
orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor,
enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. Y les dijo: Cuando
oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos,…Lucas 11: 1 y 2
Así ocurre siempre en el
nuevo Pacto cuando se dirigían o hacían referencia a Él, llamándole Padre,
Dios, Señor o Jesucristo. Nunca le llamaron Jehová o Yahvé, como sí lo hacen en
contra de lo enseñado por el Maestro las religiones o sectas, por ejemplo los
así mismos llamados “testigos de Jehová”, que tienen trucadas sus Biblias
habiendo sustituido las palabras Señor y Dios por la de Jehová, haciendo algo
condenable.
También ocurre esto con los
evangélicos, adventistas, etc., que aunque en sus Biblias no aparezca el nombre
de Jehová en el nuevo pacto, como corresponde a la verdad, sí cuando lo leen,
oran o alaban a Dios, cambian y usan habitualmente el nombre de Jehová cuando
se dirigen al Padre, desobedeciendo de esta manera al Maestro y dando claras
muestras de evidencia que aún siguen en el primer pacto, no habiendo recibido
el sacrificio de la cruz de nuestro Señor Jesucristo. En otro lugar de su
Palabra dice:
Por lo cual Dios también le
exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en
el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en
la tierra, y debajo de la tierra. Filipenses 2: 9 y 10
Este texto muestra
claramente una vez más, que es Dios, el único, teniendo un nombre que es sobre
todo nombre, el de Jesucristo y no el de Jehová, ante el cual se doblará la
rodilla de todo ser creado en los tres espacios existentes.
Dejando además sin duda
alguna que Él es el único fundamento y no otro, como se nos dice en 1ª de
Corintios 3:11
Porque nadie puede poner
otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
Decirles a todos aquellos
que aún se dirigen a Dios Padre con el nombre de Jehová, que investiguen las
Sagradas Escrituras, rectifiquen y dejen de confundir a los demás.
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