¿QUIÉN ES EL ESPÍRITU SANTO?
En toda la Escritura no se
encuentra ni la palabra trinidad, ni la de fuerza activa, o que el Espíritu
Santo sea una persona.
Todos sabemos que la palabra
“persona” significa: “Individuo de la especie humana” ¿Cómo se puede decir y
mucho menos enseñar, que el Espíritu Santo es un “individuo de especie humana?
La Palabra de Dios enseña
claramente en 1ª Corintios 15: 40 y 44, que:
Hay cuerpos celestiales, y
cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los
terrenales. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual
Dios se ha revelado a la
humanidad de tres maneras o formas: como Padre, como Hijo y como Espíritu
Santo. Y de la única de las tres formas, que se nos ha revelado como persona,
esto es, como individuo de la especie humana, fue en la persona de nuestro
Señor Jesucristo. Esto nos lo enseña perfectamente en Filipenses 2: 5-8,
diciéndonos:
Haya, pues, en vosotros este
sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no
estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí
mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz.
En ninguna de las otras dos
formas, esto es, como Padre y como Espíritu Santo, se dice en las Escrituras
que hayan tomado forma de hombre o como persona, sino que permanecieron en su
estado Espiritual.
Después de haber aclarado
que el Espíritu Santo no es una persona, o dicho de otra manera, un individuo
de la especie humana, nos dirigiremos a aquellos como son los “testigos de
Jehová”, y a los que opinan como ellos, que afirman que el Espíritu Santo no es
Dios, sino una fuerza activa, que, decir esto, es tan falso e incierto como lo
del término de la “Trinidad”.
Los mismos “testigos de Jehová”, no saben
explicar cómo es esa fuerza activa y además no lo pueden demostrar con las
Escrituras. Naturalmente, en cierta manera si lo queremos ver así, hay una
fuerza activa en cada ser viviente, esto es obvio, pero de ahí a negar que el
Espíritu Santo sea Dios, es otra cuestión y además muy grave.
¿Quién puede ser el Espíritu
Santo? Pero si el mismo nombre lo define. En Juan 4:24 dice que, Dios es
Espíritu ¿Santo? Evidentemente DIOS es
ESPÍRITU SANTO .
Juan 14: 16 y 17 dice: Y yo
rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para
siempre: El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le
ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará
en vosotros.
Recordemos un momento ¿Quién
estaría con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo? Jesucristo
¿verdad? en Mateo 28: 20 leemos:
…he aquí yo (Jesús) estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo.
Cuando refiriéndose al Espíritu Santo, Jesús dice:
Pero vosotros le conocéis,
porque mora con vosotros, y estará en vosotros,
se estaba igualando o
equiparando, esto es, manifestando ser el mismo ser que el Espíritu Santo o de
Verdad. Por eso en el versículo siguiente, es decir, en el 18 de Juan 14 dice:
No os dejaré huérfanos
(Jesús); vendré a vosotros
¿de qué forma? Naturalmente
en Espíritu Santo, es decir, en su esencia; Dios es Espíritu Santo. El Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo, son un mismo ser, esto es, Dios. De ahí que se
alternen diciéndonos que vendrían a morar con nosotros ¿quién puede ser el Consolador, el Espíritu de verdad, si no
sólo Dios? Ya en el Antiguo Pacto,
Jehová se manifestaba como tal, por ejemplo en Isaías 51: 12 lo dejó claro
diciendo:
Yo, yo soy vuestro
Consolador.
Juan 14: 26, dice: Mas el
Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os
enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. En el
versículo 17, leímos que: …pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros,
y estará en vosotros.
¿A quién conocían sus
discípulos y quién moraba con ellos? A Jesucristo, claro que sí. La promesa del
Consolador, el Espíritu de verdad o el Espíritu Santo aún no había venido, esto
ocurriría más tarde en Pentecostés. Jesús volvería a venir pero en forma de
Consolador, Espíritu de verdad, Espíritu
Santo, es decir, para estar como Dios en Espíritu, con y en nosotros.
En la carta de Pablo a los
Romanos, capítulo 8, versículos del 9 al 11, dice:
Mas vosotros no vivís según
la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en
vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él. Pero si
Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado,
mas el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que
levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos
a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que
mora en vosotros.
En estos pasajes podemos
ver, una vez más y de una forma indubitable, cómo el Espíritu, el Espíritu de
Dios, Espíritu de Cristo y el Espíritu del Padre, son una misma cosa, es decir,
Dios. Alternándose, una y otra vez, como morador en aquellos que andan según el
Espíritu y no según la carne. También en los versículos 26 y 34 leemos:
Y de igual manera el Espíritu
nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo
sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. ¿Quién es el que condenará?
Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a
la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
De nuevo, el Espíritu que
intercede por nosotros, es Cristo mismo. Está clarísimo y no cabe la menor
duda. No es posible, según esta verdad, separar a Cristo de Dios o del Espíritu
Santo. Siendo los tres la misma esencia, o sea, Espíritu.
En Hechos de los Apóstoles
se narra en el capítulo 5, lo que les ocurrió a Ananías y Safira. En el
versículo 3, dijo Pedro: Ananías, ¿por
qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y
sustrajeses del precio de la heredad?
Pedro dice claramente que
mintió al Espíritu Santo y en el versículo siguiente, esto es, en el 4, continuó diciendo: Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? No has
mentido a los hombres, sino a Dios.
Es que, de verdad, hay que
estar auténticamente ciego y sordo, para no percibir algo tan claro como esto.
Pedro manifiesta y declara que el Espíritu Santo es Dios, a quién Ananías y
Safira mintieron. Un poco más adelante en el versículo 9, Pedro le dijo a Safira:
¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? Así pues, en este
relato, Pedro, no deja duda alguna que el Espíritu Santo y el Espíritu del
Señor, es lo mismo, esto es, DIOS.
Otro ejemplo clarísimo, lo
encontramos en Isaías 61:1, donde dice: El Espíritu de Jehová el Señor está
sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los
abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los
cautivos, y a los presos apertura de la cárcel.
Esta profecía, como todos
sabemos, es referente a Jesucristo, y su cumplimiento lo vemos en Lucas
4:16-21, diciéndonos: Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de
reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre y se levantó a leer. Y se
le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar
donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha
ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los
quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, y vista a los
ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del
Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de
todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha
cumplido esta Escritura delante de vosotros.
Vemos claramente como el
Espíritu de Jehová en Isaías, es llamado por Lucas el Espíritu del Señor. Esto
no nos debe de extrañar, pues entendemos que Jehová es el Señor y por lo tanto
el mismo Espíritu.
La venida del Espíritu de
Jehová sobre Jesús, aconteció justo
después de que fuese bautizado en agua por Juan el Bautista, y lo podemos ver
en Mateo 3:16, donde dice:
Y Jesús, después que fue bautizado,
subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al
Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.
Este mismo relato de Mateo,
lo narra Lucas de la siguiente manera en el capítulo 3, versículos 21 y 22:
Aconteció que cuando todo el
pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió,
y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino
una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.
Como podemos ver, ahora Lucas llama al Espíritu del Señor y que
correspondía al de Jehová en Isaías y que Mateo llama Espíritu de Dios, el
Espíritu Santo. Sin duda alguna, estamos ante la evidencia más clara y rotunda
de que, el Espíritu de Dios, de Verdad, del Señor, Santo, o de Jehová en el
Antiguo Testamento, es el mismo Espíritu de Dios que se movía sobre la faz de
las aguas. Y dijo:
Sea la luz; y fue la luz
(ver Génesis 1), esto es, DIOS el CONSOLADOR.
¡Oh mal llamados a sí mismos
”testigos de Jehová “y todos los que piensan como ellos! ¿Cómo pueden decir y
enseñar a otros que el Espíritu Santo es una fuerza activa y que no es Dios?
¿Cómo se le puede mentir, tentar o resistir a una fuerza activa? o ¿Cómo puede
consolar, o recordar y enseñar todas las cosas que Jesús nos dijo? Les diremos
lo mismo que Esteban le dijo a aquellos que poco después le apedrearían:
¡Duros de cerviz, e
incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al ESPÍRITU
SANTO. (Dios)
Entre otras muchas cosas,
deberían saber que el Espíritu Santo, Consolador, Espíritu de verdad, Espíritu
de Dios o Espíritu del Señor:
Engendró a Jesús en
María……………………………..Mateo 1:20
Descendió como
paloma…………………………………Mateo 3:16
Llevó a Jesús al
desierto…………………………………Mateo 4:1
Echa fuera los
demonios…………………………………Mateo 12:28
Habla……………………………………………………………Marcos
13:11, Hechos 1:16; 8:29; 10:19; 11:12; 13:2; 21:11; 28:25
Dio idiomas a los
hombres………………………………Hechos 2:4
Arrebató a
Felipe……………………………………………Hechos 8:39
Fortalece……………………………………………………….Hechos
9:31
Envía a anunciar la
Palabra……………………………..Hechos 13:4
Da
testimonio…………………………………………………Hechos 20:23
Puso a los ministros para
apacentar a la Iglesia….Hechos 20:28
Nos
guía……………………………………………………….Romanos 8:14
Etc., etc., etc. ¡Cuántas
cosas más podríamos decir acerca del Espíritu Santo! Pues, las mismas que de Dios. Hasta tal punto que
el Maestro nos enseña en Mateo 12:31 y 32, que:
Todo pecado y blasfemia será
perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será
perdonada.
A cualquiera que dijere
alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero el que hable
contra el ESPÍRITU SANTO, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el
venidero.
Juzguen ustedes mismos
¿Quién puede ser el Espíritu Santo, de verdad, del Señor, de Dios, el
Consolador, que está en este aspecto de la blasfemia por encima del Hijo del
Hombre; sino el mismísimo Dios?
Muchas de estas religiones o
sectas, han cambiado la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de
ave corruptible (Romanos 1:23). Por ejemplo, los católicos o los evangélicos,
manifestando creer que el Espíritu Santo es Dios, lo representan con la imagen
de una paloma, esto también es idolatría (Éxodo 20:4).
Estimado lector/a, no nos
cansaremos de repetir, que no nos dejemos engañar más por tantas religiones o
sectas, llámense católica, evangélica, testigos de Jehová, mormones,
adventistas, etc., etc. Escudriñemos las Sagradas Escrituras y el Maestro o
Espíritu Santo nos enseñará y nos guiará a TODA la verdad. Dios nos quiere
unidos, de un mismo parecer, con una misma mente, mientras que las religiones o
sectas, hacen todo lo contrario; nos, separan, dividen, confunden y encima nos
roban con los diezmos y ofrendas.
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