¡La hora ya llegó!
El que ama a padre o madre
más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es
digno de mí (Mateo 10: 37).
Si alguno viene a mí, y no
aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun
también su propia vida, no puede ser mi discípulo (Lucas 14: 26).
¡Ay de vosotros, cuando
todos los hombres hablen bien de vosotros! Porque así hacían sus padres con los
falsos profetas (Lucas 6:26). No hay profeta sin honra sino en su propia
tierra, y entre sus parientes, y en su casa (Marcos 6:4). Y los enemigos del
hombre serán los de su casa (Mateo 10:36). Porque de aquí en adelante, cinco en
una familia estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres. Estará
dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la
hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra
su suegra (Lucas 13:52 y 53).
Y seréis entregados aun por vuestros padres, y
hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros (Lucas 21:16).
Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de
todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se
entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán (Mateo 24: 9 y 10).
Estas cosas os he hablado,
para que no tengáis tropiezo. Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la
hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. Y harán
esto porque no conocen al Padre ni a mí. Mas os he dicho estas cosas, para que
cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho (Juan 16: 1-3).
¿Estás listo para ello?
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