¿POR QUÉ NO SE DEBE TENER IMÁGENES RELIGIOSAS?
A través de toda las
Escrituras, queda bien claro que sólo hay un Dios verdadero, que es Espíritu
(Juan 4: 24) e invisible (1ª Timoteo 1: 17) que se ha hecho visible a la
humanidad, al principio por su creación (Romanos 1: 20) y en estos postreros
días, habiendo tomado forma de siervo, hecho semejante a los hombres en la
persona de nuestro Señor Jesucristo (Filipenses 2, Hebreos 1, Colosenses 1). El
propósito de este misterio o revelación fue para indicarnos el único camino y
el ejemplo que deberíamos la humanidad, seguir e imitar, para poder ser hijos y
siervos del Padre y así llegar al Reino de los Cielos (Juan 14:6; 1ª Pedro 2:
21).
Es difícil entender, como
teniendo el hombre el verdadero testimonio o testamento de Dios (las Sagradas
Escrituras), se ha dejado y sigue dejándose engañar por tantas religiones o
sectas.
La Iglesia Católica
Apostólica Romana, se ha encargado durante toda su historia de darnos muchas
imágenes falsas de Dios, como imágenes de talla, de fundición, de madera, de
escayola, de cartón, de oro, de plata, etc… y todo esto por no obedecer al
verdadero Dios; pues escrito está, que no son dioses los que se hacen con las
manos (Hechos 19: 26).
Porque las costumbres de los
hombres son vanidad; un madero del bosque, obra de manos del maestro que con el
hacha lo cortó, con plata y oro lo embellece, con clavos y a martillazos se lo
sujeta para que no se menee. Derecho están como palmeras, y no hablan. Tienen
que ser transportados porque no andan. No les tengáis miedo, que no hacen ni
bien ni mal. (Jeremías 10: 3, 5).
Plata y oro son sus ídolos,
obra de mano de hombre, tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven, tienen
oído y no oyen, tienen nariz y no huelen. Tienen manos y no palpan, tienen pies
y no caminan, ni un solo susurro en su garganta. Como ellos serán los que lo
hacen, cuantos en ellos ponen su confianza. (Salmo 115: 4, 8).
¿A quién me podréis asemejar
o comparar? ¿A quién me asemejaréis para que seamos parecidos? Sacan el oro de
sus bolsas, pesan la plata en la balanza, y pagan a un platero para que les
hagan un dios, al que adoran y ante el cual se postran.Se lo cargan al hombro y lo
transportan, lo colocan en un sitio y allí se queda. No se mueve de su lugar.
Hasta llegan a invocarle, mas no responde, no salva de la angustia. (Isaías 46:
5, 8).
¡No os engañéis! Los
idólatras no heredarán el Reino de Dios!
(1ª Corintios: 6 :9).
Dios desde el Génesis hasta
el Apocalipsis nos ha enseñado como hemos de seguirle, adorarle o amarle y la
única manera es obedeciéndole, esto es, guardando sus mandamientos o Palabra
(Juan 14: 15, 21, 23, 24).
Dios nos encargó
continuamente que no nos hagamos imágenes ni ninguna semejanza de lo que esté
arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
Bien sabía Dios que los dioses (imágenes, ídolos) que los hombres se
construirían no verían, no oirían, no hablarían, en definitiva no tendrían
poder para hacer o deshacer, solo valdrían para impedir el poder conocer, al
Dios verdadero.
Entonces pronunció Dios
todas estas palabras diciendo:
“No te harás escultura ni
imagen alguna, de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la
tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante
ellas ni le darás culto. (Éxodo 20: 4 y 5).
Escultores de ídolos! Todos
ellos son vanidad; de nada sirven sus obras más estimadas; sus testigos nada
ven y nada saben, y por eso quedarán abochornados. ¿Quién modela a un dios o
funde un ídolo, sin esperar una ganancia? Mas ved que todos sus devotos
quedarán abochornados y sus artífices, que no son más que hombres; se reunirán
todos y comparecerán; y todos temblarán avergonzados. El forjador trabaja con
los brazos, configura a golpe de martillo, su obra a fuerza de brazo; pasa
hambre y se extenúa, no bebe agua y queda agotado. El escultor tallista toma la
medida, hace un diseño con lápiz, trabaja con la gubia, diseña compás de punto
y le da figura varonil y belleza humana, para que habite en un templo. No saben
ni entienden, sus ojos están pegados y no ven; su corazón no comprende. No
reflexionan, no tienen ciencia ni entendimiento. (Isaías 44: 9 -13, 18, 19).
La mayoría de las religiones
o sectas tienen ídolos o imágenes en sus templos. En los templos Evangélicos es
muy habitual encontrarse con la imagen de una paloma representando al Espíritu
Santo, cuando ellos afirman creer, que el Espíritu Santo es Dios. También los
Mormones y los Testigos de Jehová, se hacen imágenes de Dios en semejanza de
hombre (observar su literatura), otras sectas tienen palomas, becerros,
serpientes, etc…¡Qué cierto es lo que dijo el apóstol Pablo en Romanos 1:23!,
que cambiaron la Gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre
corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
Entre otras cosas, las
Sagradas Escrituras nos dice:
Que aún si a Cristo
conocimos según la carne, ya no le conocemos así (2ª Cor 5: 16). Que uno es Dios y no hay
otro fuera de Él (Marc12: 32). Que Dios es Espíritu y los que le adoran, en
espíritu y en verdad es necesario que le adoren (Juan 4: 24).
La Iglesia Católica Romana,
y otras… para justificarse de alguna manera, dicen que ellos no adoran a las
imágenes, sino que son una representación de Dios o de los santos. Los testigos
de Jehová, dicen que solo hacen imágenes
dibujadas que usan para poder enseñar mejor a sus discípulos.
La Palabra enseña directamente sobre:
NO TE HARÁS IMAGEN, NI NINGUNA SEMEJANZA…
Queda pues, claro que el
hacerse alguna imagen o semejanza incumple el mandamiento.
Además, Jesucristo, María,
los apóstoles… no dejaron ninguna foto o imagen para que se les recordara en
cuerpo, por lo que TODAS las imágenes que conocemos, son FALSAS, de imaginación
humana, incurriendo en IDOLATRÍA.
No se deje confundir por
nadie más, con dioses hechos por manos de hombres. No podremos conocer al único
y verdadero Dios, mientras tengamos
o nos hagamos imágenes falsas de Él. Recuerde:
El Dios que hizo el mundo y
todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita
en templos hechos por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues Él es
quien da a todos vida y aliento y todas las cosas (Hechos 17: 24, 25).
No le busques en templos
hechos por hombres, donde Él no mora ni permanece o habita.
¿Qué acuerdo hay entre el
templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente,
como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos y seré su Dios, y ellos serán mi
pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor y no
toquéis lo inmundo: Y yo os recibiré. Y seré para vosotros por Padre, y
vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso (2ª Corintios 6 :
16– 18).
Ahora que conoces algo
referente a las imágenes, e idolatría en relación con la (Palabra de Dios), medita acerca de lo que existe en la
celebración de la “Semana Santa” (Católica Romana), donde el hombre se hace
imágenes o ídolos, los adora y los sigue. Evidentemente son todos ellos ídolos
muertos y falsos.
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