¿ES LA IGLESIA EVANGÉLICA LA IGLESIA DE CRISTO?
Las distintas denominaciones evangélicas pretenden ser la iglesia del Señor. Creen que dentro de la variedad
de ramas del protestantismo, es decir de lo derivado de la reforma de Lutero de1517 se encuentran los integrantes de la iglesia por la que Jesucristo
regresará. Sin embargo está infinidad de grupos (denominaciones) con doctrinas
tan diversas y opuestas entre sí, no puede ser la iglesia de Cristo, ya que, no
aplica los principios básicos de doctrina ni de práctica del Nuevo Pacto. No se parece con el modelo de iglesia que encontramos en el Nuevo
Testamento. Sobre todo se debe a que hay cosas que ella ha tomado del judaísmo,
del catolicismo romano y del paganismo que opacan su real testimonio cristiano
que hace que la iglesia de Cristo brille en este mundo. Por estas cosas las
distintas denominaciones evangélicas forman parte de una secta.
1. La división denominacional
No es conforme al Espíritu
de Cristo el separarse en diversos grupos. Es antinatural, pues ínsita a las
personas a condenarse y a oponerse unas con otras. La iglesia en el plan de
Jesús debía de ser una y no varias denominaciones. De esa manera el mundo sería
ganado para Cristo. Hoy con tantas, no sabe la gente ni a donde ir, pues se
siente confundida a la hora de tomar una decisión.
El amor seria la base para
la unidad (1 Corintios 13); pues todo lo soporta y aunque existieran diferencias
y diversos puntos de vistas en las personas, en el amor se llegarían a
consensos y decisiones por medio de la Palabra, pero nunca a divisiones. Esto
es paganismo, pues en el mundo es natural el dividirse y separarse, pero no así
en Cristo. Vemos el caso de la iglesia de Cristo, que en su primera reunión
bien pudieron haberse dividido; pero no lo hicieron (Hechos 15). Jesús en su
oración dejo plasmado claramente su deseo:
20 “Pero no ruego solamente
por éstos, sino también por los que han de creer en mí por medio de la palabra
de ellos; 21 para que todos sean una cosa, así como tú, oh Padre, en mí y yo en
ti, que también ellos lo sean en nosotros; para que el mundo crea que tú me
enviaste. 22 Yo les he dado la gloria que tú me has dado, para que sean una
cosa, así como también nosotros somos una cosa 23 Yo en ellos y tú en mí, para
que sean perfectamente unidos; para que el mundo conozca que tú me has enviado
y que los has amado, como también a mí me has amado”. (Juan 17:20-23).
2. El haberle colocado nombres
a las iglesias.
Lógicamente para
distinguirse entre ellas, las denominaciones optaron por colocarse un rótulo o
título; claro para ser supuestamente muy bíblicos los líderes adecuaron un
texto o alguna frase de las Escrituras que más les gustara, ejemplo, Juan 15:14
es la cita base de la denominación Amigos, Mateo 1:23 es la cita base de la
denominación Emanuel, Efesios 2:20 es la cita base de la denominación
Apostólica; y así todas tienen un texto de las Escrituras que los respalda
según dicen ellos. Algunos otros simplemente se apellidaron con el nombre de su
fundador, ejemplos: (Los Luteranos, por Martín Lutero, Los Arminianos, por
Jacobo Arminio, Los Calvinistas, por
Juan Calvino, Los Wesleyanos, por Juan
Wesley, etc.).
En la iglesia de Cristo no
era así. Vemos que las iglesias tenían el nombre del lugar geográfico donde se
ubicaban, no el nombre que las
distinguía de las otras, pues la iglesia era una sola. Ejemplo:
“Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo
Jesús por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes; a la iglesia de Dios
que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús y llamados a ser
santos, con todos los que en todo lugar invocan, el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, Señor de ellos y nuestro”. (1 Corintios 1:1-2).
“Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino
por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos), y todos los
hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia” (Gálatas 1:1-2).
“Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los
tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz
sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 1:1).
Todas las iglesias tenían el nombre del lugar geográfico donde se ubicaban. Vemos también el ejemplo de las siete iglesias del Apocalipsis: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea (Apocalipsis, capítulos 2 y 3). Y las iglesias todas le pertenecían a su Salvador, Cristo, no como denominación, como vemos hoy, sino como Verdad irrefutable porque Él es su fundador (Mateo 16:18).
“Saludaos unos a otros con
un beso santo. Os saludan todas las Iglesias de Cristo”. (Romanos 16:16).
En Corinto Pablo condenó el
que distintos hermanos simpatizaran con algunos líderes pues la iglesia no es de
nadie, sino de Cristo.
11 “Porque se me ha informado de vosotros,
hermanos míos, por los de Cloé, que entre vosotros hay contiendas. 12 Me
refiero a que uno de vosotros está diciendo: “Yo soy de Pablo”, otro “yo de
Apolos”, otro “yo de Pedro” y otro “yo de Cristo”. 13 ¿Está dividido Cristo?
¿Acaso fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el
nombre de Pablo?” (1 Corintios 1: 11-13).
Esto; también es paganismo,
pues es fruto del hombre carnal, no santificado. Es política y partidismo.
3. El haberle quitado a Cristo
su autoridad y habérsela dado al hombre.
Pensemos por un momento.
¿Quién es el que manda en la iglesia Evangélica? El que manda sencillamente
es el hombre. En algunas iglesias son los pastores los dueños, pues todo lo que
son las propiedades y el dinero en cuanto a los diezmos y las ofrendas ellos lo
manejan. Ellos tienen la primera y la última palabra; solamente que para
encubrir su trabajo mal habido dicen que están bajo la cobertura del Espíritu
Santo, dando a entender que es El que toma las decisiones por medio de ellos.
En otras iglesias es un
cuerpo directivo que toma las decisiones
y en otras es la asamblea en general, o sea los miembros en total en sus
reuniones. En fin, siempre es el hombre. No hay alternativa. En la iglesia de
Cristo por el contrario es el Espíritu Santo. Algunas veces se hace mención de
Él en las reuniones de la iglesia Evangélica, pero no es Él quien dirige a cada
uno.
Veamos, como era en la
Iglesia de Dios:
“Porque ha parecido bien al
Espíritu Santo y a nosotros no imponeros ninguna carga más que estas cosas
necesarias”. (Hechos 15:28).
Jesús les dijo a sus
discípulos que el Espíritu Santo los guiaría y les enseñaría todas las cosas.
13 “Y cuando venga el Espíritu
de verdad, él os guiará a toda la verdad; pues no hablará por sí solo, sino que
hablará todo lo que oiga y os hará saber las cosas que han de venir”. (Juan
16:13).
La autoridad en la iglesia
le corresponde a la cabeza. Que por medio de su Espíritu Santo dirige a su
iglesia. La cabeza es una y es Cristo.
22 “Aun todas las cosas las
sometió Dios bajo sus pies y le puso a él por cabeza sobre todas las cosas para
la iglesia, 23 la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en
todo”. (Efesios 1:22-23).
Cristo es la cabeza de la
iglesia. No puede ni debe ser ninguna persona. Todo el Nuevo Testamento está
lleno de textos que nos lo indican.
He aquí más ejemplos:
15 “sino que, siguiendo la verdad con amor,
crezcamos en todo hacia aquel que es la cabeza: Cristo”. (Efesios 4:15).
Cuando la Escritura menciona
que es la cabeza, nos está diciendo que es la que dirige, pues pensemos ¿Dónde
está el control de todo un cuerpo? Pues lógicamente en la cabeza. Así es; en la
iglesia, que es un cuerpo, y su cabeza nos dice la Escritura que es Cristo.
18 “Y además, él es la cabeza del cuerpo, que
es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para
que en todo él sea preeminente”. (Colosenses 1:18).
23 “porque el esposo es cabeza de la esposa,
así como Cristo es cabeza de la iglesia, y él mismo es salvador de su cuerpo.
24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, de igual manera las esposas
lo estén a sus esposos en todo”. (Efesios 5:23-24).
20 “Habéis sido edificados sobre
el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo Jesucristo mismo la
piedra angular”. (Efesios 2:20).
Si Cristo no manda en la iglesia, eso es
humanismo, pues exalta al hombre. Esto está bien metido en la iglesia
institucional o denominacional Evangélica y es producto del paganismo.
4. El haber exaltado al hombre,
y no ser este un servidor
Hoy día no es el hombre un
servidor. El hombre ha sido llevado a un nivel de ser tratado como un ser
importante. En las denominaciones muchas veces utilizan el título de Reverendo,
dando a entender con eso que es una persona con mucha más capacidad y
conocimiento que las demás. En los días
de la iglesia del Nuevo Testamento ciertamente había obispos, diáconos,
pastores, apóstoles, profetas, evangelistas y maestros; pero ninguno de ellos
estaba por encima de nadie.
Había en realidad un solo
maestro y líder, el cual era Jesucristo mismo, y el que servía era el que tenía
la promesa de ser grande.
8 “Pero vosotros, no seáis llamados maestro;
porque uno solo es vuestro Maestro, y todos vosotros sois hermanos. 9 Y no
llaméis a nadie vuestro Padre en la tierra, porque vuestro Padre que está en
los cielos es uno solo. 10 Ni os llaméis Guía, porque vuestro Guía es uno solo,
el Cristo. 11 Pero el que es mayor entre vosotros será vuestro siervo; 12
porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.
(Mateo 23: 8-12).
Entonces Jesús, llamándolos,
dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los
que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así,
sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y
el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo
del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en
rescate por muchos. (Mateo 20:25-28)
Lamentablemente el término
Obispo es una mala traducción de la Biblia Reina Valera; pues como es una
traducción católica romana hecha precisamente por obispos romanos, como lo
fueron Cipriano Valera y Casiodoro de Reina, exalta con palabras mal traducidas
del griego, los puestos o privilegios de dirección dentro de la iglesia. La
palabra obispo entendible un Jefe o uno que tiene bajo su control una o varias
iglesias, mientras que en el original griego significa nada más que: Guardián o
uno que vigila por el estado espiritual de la iglesia; siendo guiado por
supuesto por el Espíritu Santo.
La palabra diacono es otra
palabra con significado distorsionado hoy día; pues muchos creen que ser
diacono es controlar a las personas y regañarlas por cualquier cosa que según
ellos no hagan bien. El significado original del griego es nada más: Servidor,
o sea ayudar, presta servicio de buena voluntad, con amor a cualquier
hermano de la iglesia a crecer en su vida espiritual y material; en otras
palabras interesarse por la vida integral de la persona.
El significado de pastor es
el que cuida rebaños, el significado de apóstol es enviado, mensajero. El significado de evangelista es uno que trae o anuncia
las buenas nuevas. El significado de profeta es uno que habla públicamente proclamando el mensaje de Dios.
El significado de maestro es un guía, conductor. Pero; en ninguno de estos dones u
oficios vemos en el Nuevo Testamento que las personas se exaltaran o se
creyeran los iluminados.
Siempre eran unos simples
servidores del reino de los cielos. Como por ejemplo el Apóstol Pablo que
muchas veces se llamó Apóstol pero también servidor, ejemplo:
1 “Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús; a
todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y
diáconos” (Filipenses 1:1).
Otro ejemplo es el Apóstol
Juan que a pesar de serlo prefería llamarse siervo de Jesucristo.
“La revelación de
Jesucristo, que Dios le dio para mostrar a sus siervos las cosas que deben
suceder pronto; y que dio a conocer enviándola por medio de su ángel a su
siervo Juan”. (Apocalipsis 1:1).
9 “Yo Juan, vuestro hermano
y copartícipe en la tribulación y en el reino y en la perseverancia en Jesús,
estaba en la isla llamada Patmos por causa de la Palabra de Dios y del
testimonio de Jesús”. (Apocalipsis 1:9).
En cualquiera de los casos
reconocemos; que dentro de la iglesia existieron personas que ejercieron
ministerios y dones, pero siempre tomaron como principio básico que Jesucristo
era la cabeza y los demás servidores los
unos de los otros.
El que las personas hoy día se autonombren o
denominen puestos de jerarquía; eso es paganismo. Entre nosotros los VERDADEROS
DISCÌPULOS del Señor, un solo líder tenemos y es Jesucristo.
5. Añadirle a la doctrina
fundamental de la iglesia enseñanzas humanas
La pregunta básica para esto
es: ¿Cuál es la doctrina fundamental de la iglesia? La doctrina fundamental de
la iglesia de Cristo no se basa solamente en enseñanza, sino en práctica y
se llama amor. Jesús nos dice:
34 “Un mandamiento nuevo os
doy: que os améis los unos a los otros. Como os he amado, amaos también
vosotros los unos a los otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis
discípulos, si tenéis amor los unos por los otros”. (Juan 13:34-35).
Si de algo está lleno el
Nuevo Testamento es de esta doctrina la cual los primeros discípulos del
Maestro en verdad practicaron, ejemplo:
32 “La multitud de los que habían creído era
de un solo corazón y una sola alma. Ninguno decía ser suyo propio nada de lo
que poseía, sino que todas las cosas les eran comunes. 33 Con gran poder los
apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante
bondad había sobre todos ellos. 34 No
había, pues, ningún necesitado entre ellos, porque todos los que eran
propietarios de terrenos o casas los vendían, traían el precio de lo vendido 35
y lo ponían a los pies de los apóstoles. Y era repartido a cada uno según tenía
necesidad”. (Hechos 4: 32-35).
Jesús por eso nos dijo que
en eso conocería el mundo si éramos sus discípulos.
En esto conocerán todos que
sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. (Juan 13:35)
Hoy en cambio es diferente.
Lo que más predomina en las denominaciones es, la defensa de la doctrina
particular de la denominación y el sometimiento absoluto a los reglamentos y
leyes internas aun por encima de la Palabra y del amor, cuando la Escritura nos
dice:
Respondió Jesús y le dijo:
El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y
haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra
que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. (Juan 14:23-24)
Y en esto sabemos que
nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le
conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está
en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se
ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece
en él, debe andar como él anduvo. (1 Juan 2:3-6)
En esto conocemos que amamos
a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues
éste es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no
son gravosos. (1 Juan 5:2-3)
8 “El que no ama no ha conocido a Dios, porque
Dios es amor”. (1 Juan 4:8).
Lo más importante es vivir
en Jesús, que es amor, si no lo hacemos y lo rechazamos, nos vendrá juicio.
“El que me desecha y no recibe mis palabras
tiene quien le juzgue: La Palabra que he hablado le juzgará en el día final”.
(Juan 12:48).
La Palabra de Dios es la que
ocupa el primer lugar, y el que no la toma en cuenta de esa forma no le irá
bien en el juicio de Dios.
Pablo también nos dice:
1 “Si yo hablo en lenguas de
hombres y de ángeles, pero no tengo amor, vengo a ser como bronce que resuena o
un címbalo que retiñe. 2 Si tengo profecía y entiendo todos los misterios y
todo conocimiento; y si tengo toda la fe, de tal manera que traslade los
montes, pero no tengo amor, nada soy. 3 Si reparto todos mis bienes, y si
entrego mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me sirve”. (1
Corintios 13:1-3).
“El amor nunca deja de ser. Pero las profecías
se acabarán, cesarán las lenguas, y se acabará el conocimiento”. (1 Corintios
13:8).
“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el
amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”. (1 Corintios 13:13).
Las enseñanzas humanas, han
hecho mucho daño a la humanidad y por ello es la abundancia de grupos
religiosos y de sectas derivadas del cristianismo tradicional, incluidas las
denominaciones Evangélicas.
Hay mucha gente que defiende
la tradición y las enseñanzas humanas como si fueran de Dios. Pablo al respecto
nos dice:
20 “Siendo que vuestra muerte con Cristo os
separó de los principios elementales del mundo, ¿por qué, como si aún vivieseis
en el mundo, os sometéis a ordenanzas como: 21 No uses, ni gustes, ni toques?
22 Tales cosas son destinadas a perecer con el uso, pues son según los
mandamientos y las doctrinas de hombres”. (Colosenses 2:20-22).
Recordemos, la doctrina de
Cristo es una; y bajo ese principio conforme a la Palabra, debemos vivir. ¡Nada
de añadir más, dejemos las tradiciones y enseñanzas de hombres! Porque si no,
la Escritura nos dice:
9 “Todo el que se extravía y no permanece en
la doctrina de Cristo no tiene a Dios. El que permanece en la doctrina de
Cristo éste tiene al Padre y también al Hijo”. (2 Juan 9).
El añadirle a la doctrina
básica de la iglesia, eso es producto de la influencia del catolicismo romano.
Decimos esto porque; ellos se someten a los sacramentos y las tradiciones de la
iglesia. Esto viene desde los Fariseos que le añadían a la Ley de Moisés cosas
que ni ellos mismos podían cumplir.
"Porque atan cargas pesadas y
difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos
ni con un dedo quieren moverlas". (Mateo 23:4)
En las denominaciones evangélicas
se ha imitado eso, y aparte de un supuesto creer en Cristo, las denominaciones
han dado a cada uno de sus miembros un conjunto de cosas (estatutos,
reglamentos, ayunos, vigilias, día de reposo, manera de vestir, peinados y
cortes de cabello, liturgias, reuniones, días festivos, etc) Esas son las enseñanzas de hombres.
6. La forma de Adoración cambió
Pensemos, ¿Qué significa
adoración? La palabra adoración viene del griego proskuneo que significa:
postrarse, hacer reverencia, caer a los pies de. Si algo tenía la iglesia de
Cristo, es que vivían en constante adoración. Ellos reverenciaban a
Dios con su estilo de vida. Y por supuesto en sus reuniones tenían una manera
muy particular de hacerlo.
Veamos algunos ejemplos:
31 “Cuando acabaron de orar, el lugar en donde
estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la
palabra de Dios con valentía. (Hechos 4:31).
19 "hablando entre vosotros con salmos, himnos
y canciones espirituales; cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”.
(Efesios 5:19).
16 “La palabra de Cristo habite abundantemente
en vosotros, enseñándoos y amonestándoos los unos a los otros en toda sabiduría
con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando con gracia a Dios en
vuestros corazones. 17 Y todo lo que hagáis, sea de palabra o de hecho, hacedlo
todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”.
(Colosenses 3:16-17).
42 “Y perseveraban en la
doctrina de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en las
oraciones”. (Hechos 2:42).
Hoy día vemos deficiencia en
todas estas cosas que nuestros hermanos hacían.
Prácticamente esto ha sido
anulado en las iglesias Evangélicas. Hoy, lo que se puede observar es lo
siguiente: Las famosas marchas para Jesús, en las calles de nuestras Ciudades y
pueblos, para libertar a los cautivos. En la iglesia de Cristo no se hacían
procesiones ni marchas, sino que aun estando bajo amenazas de muerte hablaban
con valentía cada uno la Palabra de Dios. En los llamados cultos de oración, lo
que menos se hace es orar y el tiempo lo ocupan en cantar y hablar. En la
iglesia primera oraban juntos en el espíritu y veían cosas sobrenaturales. En
las conversaciones entre creyentes lo que menos se escucha son palabras en el
espíritu, sino críticas unos a otros, chismes, rumores y conflictos.
Los famosos conciertos
abundan hoy día; muchos cantantes han hecho su fortuna por este adulterado
evangelio. En la iglesia primera se cantaba y se alababa al Señor pero cada
uno lo hacía en el corazón. No existía la
pompa de los conciertos “cristianos” de hoy, donde realmente es una imitación a
los del mundo. El exaltado ahí, es el mismo cantante que indirectamente pide
aplausos para el Señor, pero conscientemente él se siente engrandecido. Se ve
humo en la tarima, se escuchan gritos que ellos llaman gritos de júbilo. Y una
serie de cosas más, que es vergonzoso mencionarlas.
Hoy, la música “cristiana”
no posee contenido bíblico, ni tiene su origen por el Espíritu Santo, o sea que
no son cantos espirituales. Como se pueden cantar esos cantos a Dios, se le
pueden cantar al mismo tiempo a Buda, o a Mahoma, a María, o a la
novia. Pues lo que se nota tanto en el ritmo como en la letra es un amor
romántico y no espiritual, pues no hace referencia al Espíritu Santo, a Jesucristo,
ni a los temas centrales de la Palabra de Dios.
Abundan también los cantos
donde lo que se escucha nada más es el ritmo y no la letra. El rock, la salsa,
el merengue, el flamenco y otros ritmos que incitan a la violencia y a la
sensualidad. Prácticamente eso no es del Señor. Hoy, la gente en los llamados
cultos caen de espaldas al piso y piden aplauso para el Señor entre otras muchas cosas. En el Nuevo
Testamento no encontramos ni un solo versículo que apruebe esta práctica.
Hoy, no abunda la Palabra de Dios en las personas, hay mucha
ignorancia de ella. Solo se habla o se lee la misma en las actividades
religiosas.
La verdadera adoración
consiste en un estilo de vida, donde la presencia de Dios, es real y por lo
tanto se le adora permanentemente como enseñó el Maestro, en espíritu y en
verdad.
Más la hora viene, y ahora
es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad;
porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu;
y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. (Juan
4:23-24)
Lo que hemos descrito
anteriormente es la falsa adoración producto del paganismo introducido en las
distintas denominaciones evangélicas; no es la verdadera adoración que un día
Dios planeo para que su iglesia la viviera.
7. La edificación de Templos
No es el propósito de Dios
edificar un templo, como comúnmente conocemos a los edificios de las
denominaciones evangélicas. Un día, si lo fue en el Antiguo Testamento, porque
la manifestación de la presencia de Dios era a través del mueble del Arca del Pacto. Ahí en medio de las dos
estatuas de los querubines que estaban encima de ese recipiente Dios hablaba a
su siervo Moisés.
Por ello, Dios ordeno a
Moisés que levantara una gran tienda de campaña llamada Tabernáculo, en la cual
estaría este recipiente llamado, Arca del Pacto y eso simbolizaba la presencia
de Dios con su pueblo.
3 “Tras el segundo velo
estaba la parte del tabernáculo que se llama el lugar santísimo. 4 Allí estaba
el incensario de oro y el arca del pacto enteramente cubierta con oro. En ella
estaban un vaso de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció y
las tablas del pacto. 5 Sobre ella, los querubines de la gloria cubrían el
propiciatorio. De todas estas cosas no podemos hablar ahora en detalle”.
(Hebreos 9: 3-5).
1 “Harás, el tabernáculo de
diez tapices de lino torcido, de material azul, de púrpura y de carmesí. Y los
decorarás con querubines, obra de fina artesanía”. (Éxodo 26:1).
Por cuarenta años que los
israelitas estuvieron en el desierto y por cuatrocientos cuarenta años, cuando
ya estaban radicados en la tierra prometida, ellos adoraban a Dios en una casa
de Campaña. Cuando el rey Salomón llego al poder de su Nación decidió edificar
una casa de adoración estable a Dios llamado Templo.
1 “Aconteció que Salomón comenzó a edificar la
casa de Jehová en el año 480 después que los hijos de Israel salieron de la
tierra de Egipto, en el mes de Ziv, que es el mes segundo, del cuarto año del
reinado de Salomón sobre Israel. 2 La casa que el rey Salomón edificó para
Jehová tenía 60 codos de largo, 20 codos de ancho y 30 codos de alto. 3 El
pórtico delante del lugar santo del templo tenía 20 codos de largo, a lo ancho
de la casa, y 10 codos de ancho en el frente de la casa. 4 También hizo al
edificio ventanas anchas por dentro y angostas por fuera. 5 Contra el muro del
edificio construyó galerías alrededor de los muros del templo, es decir, del
lugar santo y del santuario interior; y les hizo cuartos laterales alrededor. 6
La galería inferior tenía 5 codos de ancho, la intermedia 6 codos de ancho y la
tercera 7 codos de ancho. Porque había hecho rebajos en el lado exterior,
alrededor del edificio, para que las vigas de las galerías no se empotrasen en
los muros del templo”. (1 Reyes 6:1-6).
Uno de los propósitos por el
cual se construyó este edificio fue, para que por medio de él, la Nación de
Israel alcanzara a otras Naciones para Jehová.
41 “Asimismo, cuando el
extranjero que no sea de tu pueblo Israel venga de una tierra lejana a causa de
tu nombre 42 (porque oirán de tu gran nombre, de tu poderosa mano y de tu brazo
extendido), y venga a orar a este templo, 43 entonces escucha tú en los cielos,
el lugar de tu morada. Haz conforme a todo aquello por lo cual el extranjero
clame a ti, a fin de que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, te
teman como tu pueblo Israel y sepan que este templo que he edificado es llamado
por tu nombre”.(1 Reyes 8:41-43).
Este templo fue reedificado
dos veces más antes del nacimiento de Jesús. Primero con Zorobabel y Jesúa.
2 “Entonces se levantaron Zorobabel hijo de
Salatiel y Jesúa hijo de Josadac, y comenzaron a reedificar la casa de Dios en
Jerusalén, y con ellos estaban los profetas de Dios que les apoyaban”. (Esdras
5:2).
Y luego con Herodes “el
grande”. En el año 70 después de Cristo fue destruido por los romanos y nunca
más se ha vuelto a edificar.
Antes del año 70 después de
Cristo cuando la iglesia de Cristo estaba recién nacida, ellos aun acudían a
este templo para predicar a Jesucristo; para que todos los judíos y los de
otras naciones conocieran de esta nueva fe que había sustituido al judaísmo.
42 “Y todos los días, en el
templo y de casa en casa, no cesaban de enseñar y anunciar la buena nueva de
que Jesús es el Cristo”. (Hechos 5:42).
Pero luego que este templo
judío fue destruido, todas las iglesias se reunían en las casas.
5 “Saludad también a los miembros de la
iglesia que se reúne en la casa de ellos. Saludad a Epeneto, amado mío, que es
uno de los primeros frutos de Acaya en Cristo”. (Romanos 16:5).
19 “Os saludan las iglesias de Asia. Aquila y
Priscila, con la iglesia que se reúne en
su casa, os saludan mucho en el Señor”. (1 Corintios 16:19).
15 “Saludad a los hermanos que están en
Laodicea: a Ninfa y a la iglesia que se reúne en su casa”. (Colosenses 4:15).
“Saludad a la hermana Apia,
a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que se reúne en tu
casa”. (Filemón 2).
Aparte de esto; los primeros discípulos de Cristo no edificaban templos, porque entendían que ellos mismos eran
Templos del Señor, o casa de Dios; donde moraba permanentemente la presencia
del Espíritu Santo.
16 “¿No sabéis que sois
templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17 Si alguien
destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque santo es el templo
de Dios, el cual sois vosotros”. (1 Corintios 3:16-17).
19 “¿O no sabéis que vuestro
cuerpo es templo del Espíritu Santo, que mora en vosotros, el cual tenéis de
Dios, y que no sois vuestros?” (1 Corintios 6:19).
“Todos los miembros de la
iglesia son como un edificio, el cual está construido sobre la enseñanza de los
apóstoles y profetas. En ese edificio Jesucristo es la piedra principal. Es El
quien mantiene firme todo el edificio y lo hace crecer, para que llegue a
formar un templo dedicado al Señor. Por su unión con Jesucristo, ustedes
también forman parte de ese edificio, en donde Dios habita por medio de su
Espíritu”. (Efesios 2:20-22).
15 “para que si me tardo, sepas cómo te
conviene conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo,
columna y fundamento de la verdad”. (1 Timoteo 3:15).
4 “Acercándoos a él, la Piedra Viva que fue
ciertamente rechazada por los hombres, pero delante de Dios es elegida y
preciosa 5 también vosotros sed edificados como piedras vivas en casa
espiritual para ser un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios
espirituales, agradables a Dios por medio de Jesucristo”. (1 Pedro 2:4-5).
Es cierto que en el Antiguo
Testamento los Israelitas encontraban la presencia de Dios en su Tabernáculo y
posteriormente en su Templo, pero en el Nuevo Testamento la Presencia de Dios
está en el corazón de los creyentes, por ello no es el edificar templos hoy en día.
Una de las cosas por las que
mataron a Esteban, fue porque hablo claramente en cuanto a que la presencia de
Dios no estaba en un templo material; sino en el corazón del creyente. Veamos:
48 “No obstante, el Altísimo
no habita en templos hechos por mano, como dice el profeta: 49 El cielo es mi
trono, y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el
Señor. ¿Cuál será el lugar de mi reposo? 50 ¿No hizo mi mano todas estas
cosas?” (Hechos 7:48-50).
24 “Este es el Dios que hizo el mundo y todas
las cosas que hay en él. Y como es Señor del cielo y de la tierra, él no habita
en templos hechos de manos”. (Hechos 17:24).
La historia de la
edificación de los templos en las iglesias cristianas comenzó por el año 325
después de Cristo, cuando el emperador romano Constantino oficializo el
cristianismo como la religión del imperio. Por órdenes de Constantino, templos
paganos fueron tomados para ser ocupados por iglesias cristianas. Hasta el día
de hoy muchas catedrales católicas en Europa que son modernizadas, antes fueron templos de
dioses paganos.
Como el Protestantismo
(iglesias Evangélicas) surgió del catolicismo copiaron el mismo sistema de
reunirse en templos. Esto obstaculiza grandemente el cumplimiento de la gran
comisión pues la gente se acomoda
acudiendo a los templos y toda la actividad religiosa se centraliza en
los mismos (templos).
Esto se convierte en un
tradicionalismo religioso y no es un verdadero Evangelio. Pues el verdadero
Evangelio cumple su misión en el mundo con el trato personal.
Alguien nos dijo en una
ocasión, que si los primeros cristianos se reunían en las casas, era porque no
había libertad de culto, pues los cristianos en ese entonces eran perseguidos y
que ahora como ya no hay persecución, si se debe construir templos.
Esto que dijo esa persona,
da la idea que los primeros cristianos eran miedosos y que por eso se reunían
en casa. La Escritura confirma que:
31 “Cuando acabaron de orar, el lugar en donde
estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la
palabra de Dios con valentía”. (Hechos 4.31).
Y Saulo asolaba la iglesia,
y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en
la cárcel. Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el
evangelio. (Hechos 8:3-4)
La iglesia del principio no se
reunía en las casas para no dar testimonio, de lo contrario el Evangelio no se
hubiese extendido como sabemos que sucedió y esto queda claramente demostrado
por abundantes textos de las Escrituras que aunque fueron por un tiempo
perseguidos siempre dieron testimonio del Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo. Y aun cuando la persecución terminaba como por ejemplo después de
que Saulo se encontrara con el Señor, a la iglesia, nunca la encontramos
construyendo templo alguno.
Entonces las iglesias tenían
paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor
del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo. (Hechos 9:31)
No cabe duda que estamos
viviendo en el tiempo donde la falsa iglesia cree ser rica, pero la realidad es
que es pobre.
15 “Yo conozco tus obras,
que ni eres frío ni caliente. ¡Ojala fueras frío o caliente! 16 Así, porque
eres tibio, y no frío ni caliente, estoy por vomitarte de mi boca. 17 Ya que tú
dices: ‘Soy rico; me he enriquecido y no tengo ninguna necesidad’, y no sabes
que tú eres desgraciado, miserable, pobre, ciego y desnudo”. (Apocalipsis
3:15-17).
¿No sería mejor volver a la
sencillez de las reuniones en casa, para no gastar el dinero en cosas
innecesarias que no ha mandado nuestro Señor Jesucristo y de esa forma ser
hacedores de su Palabra? ¿No sería mejor dejar de pensar que los templos donde
se reúnen las personas de las denominaciones y sectas, no son casas de Dios,
sino que las casas de Dios somos los verdaderos creyentes?
Muchos, han llegado hasta
idolatrar estos lugares y a creer que si los mantienen nítidos, están ganando
puntos para ganar el cielo. Otros creen que los templos de hoy son réplicas del
templo de Jerusalén. Y que como ese templo tenía un lugar santísimo y un lugar
santo. Ellos hacen claramente esta distinción entre el lugar donde está el
altar y el lugar donde están las bancas. Algunas madres regañan a sus niños y
hasta les pegan por sentarse en el altar
pues creen que es el lugar santísimo. ¡Que ignorancia más grande!
Esto es producto del
judaísmo e imitación del catolicismo
romano. Pues lo único que hace falta, son las imágenes y las veladoras, aunque
hay algunos que siguen teniéndolas. De ahí todo es igual, pues hay un altar, un
atril o púlpito, bancas, etc.
8. El establecimiento de los
diezmos
No encontramos ni un solo
versículo en el Nuevo Testamento que ordene a los discípulos del Señor dar sus
diezmos. Es cierto que Abraham y Jacob dieron sus diezmos aún antes de la ley
que forma el conjunto de mandamientos, fiestas y ceremonias dadas por Dios a
Moisés en el Sinaí. Y es de ahí donde todos los evangélicos argumentan diciendo
que los diezmos fueron antes de la ley por los ejemplos de Abraham y Jacob.
20 “Bendito sea el Dios
Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos.” Y Abram le dio a él el
diezmo de todo”. (Génesis 14:20).
“Y esta piedra que he puesto
por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me des el diezmo apartare para
ti”. (Génesis 28:22).
Sin embargo esto que
hicieron ellos es un relato que forma parte de su vida personal, que si lo
estudiamos a profundidad comprenderemos que en realidad solo Abraham dio el
diezmo a Melquisedec y lo de Jacob se quedó en una promesa pues no encontramos
que la haya cumplido, como en el caso de Abraham con Melquisedec y además fue
por deseo propio y no por mandato de Dios. No podemos basarnos en eventos
históricos para establecer mandamientos en la época de la gracia o para decir
que al igual que Abraham tuvo gratitud con Dios dando sus diezmos, nosotros si
la tenemos podemos también darlos. Esto no es una base sólida para sustentar
una doctrina; además de esto podríamos llegar a pensar siguiendo siempre esta
línea de pensamiento de los patriarcas que así como Abraham e Isaac mintieron
en lo referente a sus esposas (Génesis 12:10-13, 20:2, 26:6-7) también nosotros
podemos mentir si deseamos; ¡de ninguna manera! pues va en contra de las
enseñanzas del Maestro. Aparte de todo esto debemos admitir que la Escritura completa
se divide en dos Testamentos (pactos) en nuevo y el antiguo, preguntémonos pues
¿cuál es el vigente para nosotros? Lógicamente el nuevo.
Al decir: Nuevo pacto, ha
dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo
a desaparecer. (Hebreos 8:13)
Entonces no hay excusa
alguna, todo lo que se encuentra en el viejo pacto o Antiguo Testamento
(incluido el diezmo con Abraham) no cobra vigencia para nosotros pues ha
desaparecido.
También, en cuanto a los
diezmos en la ley encontramos:
Y que los levitas recibían del pueblo sus
diezmos en la época de la ley. 21 “He aquí, he dado a los hijos de Leví todos
los diezmos de Israel, como heredad, a cambio del servicio que llevan a cabo en
el tabernáculo de reunión”. (Números 18:21).
Pero ni Jesús, ni los
Apóstoles establecieron los diezmos para la época de la iglesia. Muchas
personas se atreven a contradecir esto citando este texto.
23 “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos,
hipócritas! Porque entregáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino;
pero habéis omitido lo más importante de la ley, a saber, el juicio, la
misericordia y la fe. Era necesario hacer estas cosas sin dejar de hacer
aquellas”. (Mateo 23:23).
En primer lugar hay que
notar a quienes Jesús les está dirigiendo la palabra, es a los escribas y
fariseos, los religiosos de la época de Cristo. Les dice que diezmaban aún
hasta lo más insignificante (la menta, el eneldo y el comino) pero dejaban lo más importante (el juicio, la
misericordia y la fe) Jesús entonces procede
a decirles que lo que hacían (el diezmo) era necesario hacer pero que no debían
olvidarse de practicar lo que no hacían (el juicio, la misericordia y la fe).
Claramente comprenderemos si hacemos un pequeño análisis del texto que Jesús se
estaba refiriendo a que el diezmo dejaba de ser, pues dijo (era). Si el diezmo
continuará para nuestra época perfectamente hubiera dicho, (es) pero no lo
dijo.
Todo lo de la ley, era
sombra de una mejor época, llamada la Gracia. Desde el último profeta de
acuerdo al del antiguo testamento que fue Juan el bautista, ya no estamos bajo
la ley
La ley y los profetas eran
hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él. (Lucas 16:16)
Por eso Pablo no dice:
10 “Porque todos los que se basan en las obras
de la ley están bajo maldición, pues está escrito: Maldito todo aquel que no
permanece en todas las cosas escritas en el libro de la Ley para cumplirlas”.
(Gálatas 3:10).
Nos preguntamos ¿Por qué hay mucha gente que alega
y discute por cosas que son de la ley y que ellos insisten todavía en que hay
que cumplirlas? Pablo nos dice, que se está bajo maldición si se insiste vivir
con prácticas de la ley. Y si se quiere cumplir lo de la ley, que se cumpla
todo, no solo unas cosas.
4 “Vosotros que pretendéis
ser justificados en la ley, ¡habéis quedado desligados de Cristo y de la gracia
habéis caído!” (Gálatas 5:4).
Y, en este texto Pablo nos
dice que si seguimos con prácticas de la ley para tratar de agradar a Dios
hemos caído de la gracia.
“Así que la Ley de Moisés ha
quedado anulada porque resulto inútil”. (Hebreos 7:18).
Este texto está más claro
todavía. Lo del diezmo entraba dentro de la Ley de Moisés y ha quedado anulado.
¿Por qué decimos esto?
Porque el diezmo servía para la manutención de los Levitas que eran los
encargados de servir en el Tabernáculo y posteriormente en el Templo de
Jerusalén. Ellos por no haber recibido
heredad después de la conquista de la tierra prometida; Dios ordeno que
recibieran del pueblo los diezmos para poder vivir. Estos diezmos consistían
en:
22 “Sin falta darás el diezmo de todo el
producto de tu semilla que el campo rinda año tras año. 24 Si el camino es
largo y tú no puedes transportar el diezmo, cuando Jehová tu Dios te bendiga,
porque está muy lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios haya escogido para
poner allí su nombre, 25 entonces lo darás en dinero. Tomarás el dinero contigo
e irás al lugar que Jehová tu Dios haya escogido. 26 Entonces darás el dinero
por todo lo que apetezcas: vacas, ovejas, vino, licor o por cualquier cosa que
desees. Y comerás allí delante de Jehová tú Dios, y te regocijarás tú con tu
familia. 27 No desampararás al levita que habite en tus ciudades, porque él no tiene
parte ni heredad contigo”. (Deuteronomio 14:22,24-27).
Y hoy, ya no hay ni Templo,
ni Levitas. Además era para una Nación, Israel.
8 “¿Robará el hombre a Dios? ¡Pues vosotros me
habéis robado! Pero decís: ‘¿En qué te hemos robado?’ ¡En los diezmos y en las
ofrendas! 9 Malditos sois con maldición; porque vosotros, la nación entera, me
habéis robado. 10 Traed todo el diezmo
al alfolí, y haya alimento en mi casa. Probadme en esto, ha dicho Jehová de los
Ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos y vaciaré sobre vosotros
bendición hasta que sobreabunde”. (Malaquías 3:8-10).
De esta porción, es donde se
basan muchos pastores y predicadores evangélicos para exigir el diezmo a las
personas. Muchos amenazan incluso diciendo que si no se da el diezmo se pierde
la salvación, pues se le está robando a Dios. Como la Escritura dice que los
ladrones no entran en el cielo, ellos objetan que el no dar el diezmo significa
ir al infierno.
Esta porción esta utilizada
fuera de contexto, pues Dios no se está dirigiendo a la Iglesia, sino a Israel.
1 “Profecía: La palabra de
Jehová a Israel por medio de Malaquias”. (Malaquías 1:1).
Recordemos, hay que ver todo
el contexto del libro y de la Escritura para no caer en una doctrina falsa.
Algunos contradicen esto
diciendo que el Israel de hoy es la iglesia. A lo que afirmamos con las
Escrituras que, no es así. El trato de Dios con su iglesia es muy diferente al
trato que Dios le dio a Israel. Son dos pueblos que el tomo por separado.
Israel tuvo su trato exclusivo con Jehová Dios en el Antiguo Testamento bajo la
Ley, por Moisés y los profetas, por 1,600 años.
La iglesia tiene su trato
exclusivo con Dios en el Nuevo Testamento bajo la Gracia, por el Espíritu
Santo. Y tiene su obra entre los gentiles.
Claro de ambos pueblos, El en Jesucristo hizo uno solo.
14 “Porque él es nuestra paz, que de ambos
pueblos nos hizo uno. El derribó en su carne la barrera de división, es decir,
la hostilidad; 15 y abolió la ley de los mandamientos formulados en ordenanzas,
para crear en sí mismo de los dos pueblos un solo pueblo, haciendo así la paz”.
(Efesios 2:14-15).
Ahora ya no existen leyes,
ni divisiones, pues hay un solo pueblo, y todo esto solo posible a través de
Jesucristo.
La porción de Malaquías y el
libro entero se escribió en un tiempo de crisis en Israel. Ya la Nación, se
había apartado mucho de Dios y ni siquiera estaban cumpliendo con sus
obligaciones civiles, de mantener la religión del Estado por medio de sus diezmos.
El que no dieran sus diezmos, era verdaderamente pecado, porque estaban dejando
sin alimento a los Levitas que no tenían heredad para cultivar sus tierras.
El alfolí del que nos habla
esta porción no es una bolsa o una caja donde hay que echar los diezmos y
ofrendas, sino unas grandes bodegas donde se almacenaban los granos que eran
los diezmos de los cultivos de los israelitas. Hoy, no estamos bajo la
cobertura de una Nación llamada Israel, estamos bajo la cobertura de otra
Nación (Guatemala, México, Canadá, Honduras, Colombia, España, etc., depende
del país de donde usted sea). Incluso, ni en Israel mismo diezman hoy, pues ya
no está todo el sistema ceremonial de culto, ni existen los Levitas.
Dentro de la iglesia a lo
que somos llamados a hacer, es a contribuir con nuestras ofrendas, según haya
propuesto nuestro corazón, pues no es un impuesto, ley u obligación, ya que
estamos bajo la gracia y no bajo la Ley. Así nos dice el Nuevo Testamento:
7 “Cada uno dé como propuso
en su corazón, no con tristeza ni por obligación; porque Dios ama al dador
alegre”. (2 Corintios 9: 7).
En la iglesia no se recibían diezmos, sino ofrendas.
Veamos:
Entonces los discípulos,
cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos
que habitaban en Judea; lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos
por mano de Bernabé y de Saulo. (Hechos 11: 29-30).
1 “En cuanto a la ofrenda para los santos,
haced vosotros también de la misma manera que ordené a las iglesias de Galacia.
2 El primer día de la semana, cada uno de vosotros guarde algo en su casa,
atesorando en proporción a cómo esté prosperando, para que cuando yo llegue no
haya entonces que levantar ofrendas. 3 Cuando yo esté allí, enviaré a los que
vosotros aprobéis por cartas, para llevar vuestro donativo a Jerusalén”. (1
Corintios 16:1-3).
Las ofrendas no eran para
mantener a los pastores, ni para construir templos, ni para la manutención de
los mismos, sino para los cristianos pobres. Para que ellos se ayudaran en sus
necesidades.
25 “Pero ahora voy a
Jerusalén para ministrar a los santos. 26 Porque Macedonia y Acaya tuvieron a
bien hacer una ofrenda para los pobres de entre los santos que están en
Jerusalén”. (Romanos 15:25-26).
1 “Ahora, hermanos, os
hacemos conocer la gracia de Dios que ha sido concedida a las iglesias de
Macedonia; 2 que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su
extrema pobreza abundaron en las riquezas de su generosidad. 3 Porque doy
testimonio de que espontáneamente han dado de acuerdo con sus fuerzas, y aun
más allá de sus fuerzas, 4 pidiéndonos con muchos ruegos que les concediéramos
la gracia de participar en la ayuda para los santos”. (2 Corintios 8:1-4).
20 “evitando que nadie nos desacredite con
respecto a este abundante donativo que administramos. 21 Porque procuramos que
las cosas sean honestas, no sólo delante del Señor, sino también delante de los
hombres”. (2 Corintios 8:20-21).
Vemos en todo esto, como se
ayudaban entre si las iglesias del Señor. Unas iglesias que podían económicamente
mandaban a otras donde escaseaban. ¡Que buen ejemplo de generosidad fraternal!
Hoy, ya no se ve eso como leemos en 2ª de Corintios 8: 14 y 15, diciéndonos:
Sino para que en este
tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que
también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya
igualdad, como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco,
no tuvo menos.
Lo que si se ve; es la
exigencia constante de pastores y líderes evangélicos que tratan de alegrarle
el oído a la gente, diciendo que si diezman; Dios va a abrir las ventanas de
los cielos y los va a bendecir abundantemente. Esto es una falacia; ya que esta
promesa no tiene su aplicación para nosotros hoy. Un día si la tuvo para el pueblo
de Israel; pues era una obligación que dieran sus diezmos, porque estaban bajo
la ley.
La bendición, nosotros los
cristianos la tenemos desde el momento que nos convertimos; ya que por gracia
(favor no merecido) hemos sido salvos (Efesios 2:8). Jesús se hizo pobre, para
que nosotros fuéramos enriquecidos.
“Ya conocéis la gracia de
nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre siendo rico,
para que vosotros con su pobreza fuerais enriquecidos”. (2 Corintios 8:9).
Solamente por creer en Él y
serle fiel, viviendo conforme a su Palabra tenemos aseguradas toda clase de
bendiciones.
Los diezmos hoy se piden
fuera de contexto, solamente para cubrir necesidades y para mantener la cuenta
bancaria o caja de la iglesia con bonitos fondos. Se piden, para pagar al
pastor o pastores, para pago de mantenimiento del templo, para pago de agua, de
luz, de limpieza, para adornos, para cubrir gastos de actividades, etc.
En casi todo lo que se
invierten hoy los diezmos en realidad no es necesario. No es algo que Dios nos
ha llamado a hacer; porque el enfoque del reino de los cielos no está en
construcciones de templos, salarios remunerados y realización de actividades.
El enfoque real del reino de los cielos, son las necesidades personales de las
personas; cristianas y no cristianas. Y para ello no se debe imponer un
porcentaje de dinero para dar; sino lo que nazca del corazón y de acuerdo a las
necesidades.
Lo del diezmo es influencia
del judaísmo en la iglesia denominacional evangélica y otras. Históricamente el
establecimiento de los diezmos se puede ubicar por el siglo VIII donde ya la
secta católica los pedía para el sostenimiento del clero romano. Luego ellos lo
quitaron y fue la iglesia reformada que volvió a adoptar esta práctica para el
mismo uso (sostenimiento de pastores).
En la Iglesia no era así ni debe
ser así. Ni tampoco las ofrendas se administraban como hoy se administran. Si
el Apóstol Pablo hubiera pedido diezmos en su época, se habría enriquecido
exageradamente, pues había engendrado muchas iglesias. ¡Vemos que no lo hizo!
9. El nombramiento del Clero
El clero, no es más que una
copia casi exacta del liderazgo de la secta Católica Romana. El clero son los
líderes que están al control de la iglesia. Este término no se encuentra en las
Escrituras. Se distingue claramente
entre pastores y laicos. Los pastores son el clero, en la iglesia Católica (los
sacerdotes). Ellos viven de los diezmos y ofrendas de la gente. Los laicos por
su parte se dedican fuertemente en el trabajo de la iglesia, pero no reciben
remuneración alguna por ello.
Aunque Jesús mismo dice, que
el que anuncia el evangelio puede vivir de eso.
7 “Posad en aquella misma
casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su
salario. No andéis de casa en casa”. (Lucas 10:7).
También el Apóstol Pablo,
haciendo referencia a este texto dice:
14 “Así también ordenó el Señor a los que
anuncian el Evangelio, que vivan del Evangelio”. (1 Corintios 9:14).
Pero, hoy día muchos se han
aprovechado de esto y no solamente viven del evangelio, sino que se hacen
millonarios. El plan de Jesús, no era eso porque claramente nos dice:
10 “Tampoco llevéis bolsas
para el camino, ni dos vestidos, ni zapatos, ni bastón; porque el obrero es
digno de su alimento”. (Mateo 10:10).
Sin lugar a dudas Jesús, no
quería que sus discípulos se aprovecharan de la gente, ni que recibieran un
salario, sino que únicamente tuvieran para su alimento.
Hoy sin embargo la gran
mayoría de pastores evangélicos se han convertido en asalariados, imitando el
tipo de remuneración que se recibe en cualquier empresa o institución del
mundo, recibiendo sueldos mensuales, bonos y regalos materiales con frecuencia
que les sirve para vivir adecuadamente sin ningún otro compromiso más que de
leer las Escrituras y orar cundo se le pide que lo haga.
Pablo por el contrario no se
aprovechó nunca de las iglesias, él nos dice:
“Nunca he querido que me den
dinero ni ropa. Ustedes bien saben que con mis propias manos he trabajado, para
conseguir todo lo que mis ayudantes y yo hemos necesitado para vivir”. (Hechos
20:33-34).
14 “Así también ordenó el Señor a los que
anuncian el evangelio, que vivan del evangelio. 15 Pero yo nunca me he
aprovechado de nada de esto, ni tampoco he escrito al respecto para que se haga
así conmigo. Pues para mí sería mejor morir, antes que alguien me quite este
motivo de orgullo. 16 Porque si anuncio el Evangelio, no tengo de qué jactarme,
porque me es impuesta necesidad; pues ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio! 17
Por eso, si lo hago de buena gana, tendré recompensa; pero si lo hago de mala
gana, de todos modos el llevarlo a cabo me ha sido confiado. 18 ¿Cuál es, pues,
mi recompensa? Que predicando el Evangelio, pueda yo presentarlo gratuitamente,
para no abusar de mi derecho en el Evangelio”. (1 Corintios 9:14-18).
7 “Vosotros mismos sabéis de qué manera debéis
imitarnos, porque no hemos vivido desordenadamente entre vosotros, 8 ni hemos
comido de balde el pan de nadie. Más bien, trabajamos arduamente hasta la
fatiga, de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; 9 no
porque no tuviésemos autoridad, sino para daros en nuestras personas un ejemplo
a imitar”. (2 Tesalonicenses 3:7-9).
Aquí se incluyen: Silas y
Timoteo (2 Tesalonicenses 1:1).
Pues no somos como muchos,
que trafican con la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de
Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo. (2 Corintios 2:17).
Aquí se incluye a Bernabé (1
Corintios 9:6).
Recordemos, Pablo era un
constructor de tiendas (casas de campaña).
“Después de esto, Pablo partió de Atenas y fue
a Corinto. 2 Y habiendo hallado a un judío llamado Aquila, natural de Ponto,
recién llegado de Italia con Priscila su mujer (porque Claudio había mandado
que todos los judíos fueran expulsados de Roma), Pablo acudió a ellos. 3 Como
eran del mismo oficio, permaneció con ellos y trabajaba, pues su oficio era
hacer tiendas”. (Hechos 18:1-3).
Nunca Pablo vivió del
Evangelio. ¡Qué bueno que la misma actitud tuvieran todos!
Al contrario, hay muchos que
están bien acomodados viviendo esta forma de vida fácil. Son asalariados y lo
que menos tienen es amor por sus ovejas.
11 “Yo soy el buen pastor; el buen pastor pone
su vida por las ovejas. 12 Pero el asalariado, que no es el pastor, y a quien
no le pertenecen las ovejas, ve que viene el lobo, abandona las ovejas y huye;
y el lobo arrebata y esparce las ovejas. 13 Huye porque es asalariado, y a él
no le importan las ovejas”. (Juan 10:11-13).
Jesús es todo lo contrario.
¿No sería mejor confiar únicamente en Jesús, el buen pastor y no en los
pastores asalariados? De estos están llenas las iglesias denominacionales
evangélicas.
El Evangelio adulterado de
hoy se ha vuelto un medio de vida y no se está realmente por amor. De ahí que
muchos hoy apoyan fuertemente la doctrina de la prosperidad, solamente para
aumentar sus finanzas. Esta doctrina es falsa pues no encuentra su apoyo en las
Escrituras.
Veamos cómo vivían los
siervos de Dios del Nuevo Testamento:
11 “Hasta la hora presente sufrimos hambre y
sed, nos falta ropa, andamos heridos de golpes y sin dónde morar. 12 Nos
fatigamos trabajando con nuestras propias manos. Cuando somos insultados,
bendecimos; cuando somos perseguidos, lo soportamos; 13 cuando somos difamados,
procuramos ser amistosos. Hemos venido a ser hasta ahora como el desperdicio
del mundo, el desecho de todos”. (1 Corintios 4:11-13).
Aquí se incluye a Sostenes
(1 Corintios 1:1).
8 “Estamos atribulados en
todo, pero no angustiados; perplejos, pero no desesperados; 9 perseguidos, pero
no desamparados; abatidos, pero no destruidos. 10 Siempre llevamos en el cuerpo
la muerte de Jesús por todas partes, para que también en nuestro cuerpo se
manifieste la vida de Jesús. 11 Porque nosotros que vivimos, siempre estamos
expuestos a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se
manifieste en nuestra carne mortal”. (2 Corintios 4:8-11).
Aquí se incluye a Timoteo (2
Corintios 1:1).
23 “¿Son ministros de
Cristo? (Hablo como delirando.) ¡Yo más! En trabajos arduos, más; en cárceles,
más; en azotes, sin medida; en peligros de muerte, muchas veces. 24 Cinco veces
he recibido de los judíos cuarenta azotes menos uno; 25 tres veces he sido
flagelado con varas; una vez he sido apedreado; tres veces he padecido
naufragio; una noche y un día he estado en lo profundo del mar. 26 Muchas veces
he estado en viajes a pie, en peligros de ríos, en peligros de asaltantes, en
peligros de los de mi nación, en peligros de los gentiles, en peligros en la ciudad,
en peligros en el desierto, en peligros en el mar, en peligros entre falsos
hermanos; 27 en trabajo arduo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en
muchos ayunos, en frío y en desnudez. 28 Y encima de todo, lo que se agolpa
sobre mí cada día: la preocupación por todas las iglesias”. (2 Corintios
11:23-28).
En la iglesia de Cristo
nadie se cree más que nadie, o sea no hay una jerarquía religiosa y todos
trabajan, porque es un cuerpo donde cada uno tiene distintas responsabilidades.
3 “Digo, pues, a cada uno de vosotros, por la
gracia que me ha sido dada, que nadie tenga más alto concepto de sí que el que
deba tener; más bien, que piense con sensatez, conforme a la medida de la fe
que Dios repartió a cada uno. 4 Porque de la manera que en un solo cuerpo
tenemos muchos miembros, pero todos los miembros no tienen la misma función; 5
así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero todos somos
miembros los unos de los otros. 6 De manera que tenemos dones que varían según
la gracia que nos ha sido concedida: Si es de profecía, úsese conforme a la
medida de la fe; 7 si es de servicio, en servir; el que enseña, úselo en la
enseñanza; 8 el que exhorta, en la exhortación; el que comparte, con
liberalidad; el que preside, con diligencia; y el que hace misericordia, con
alegría”. (Romanos 12:3-8).
En la iglesia tradicional
evangélica, las personas que no son del
clero se han quedado solamente como espectadores de actividades religiosas. Lo
que hacen es solamente ir a los cultos, sentarse, ofrendar, diezmar, cantar y
escuchar la predicación. Esto es todo. Y la mayoría solo cada domingo. ¡Este es
el gran servicio que le dan a Dios!
Mientras los pastores en sus
oficinas, bien acomodados, haciendo o revisando algún plan de trabajo, atendiendo
a algún hermano o preparando el mensaje para el próximo domingo. Muchos de
ellos con sus buenos carros, sus buenas casas, terrenos, fincas, cuentas
bancarias, etc. Todo esto, ¡Por supuesto, a costas de la gente! ¡El Evangelio
no es así!
Todo esto es producto del
catolicismo romano, pues la iglesia Evangélica adopto este medio para dar
empleos a sus líderes. Debería de haber servicio pero sin remuneración ya que muchos siervos del Señor no aceptaron
esto (Pablo, Silas, Bernabé, Timoteo, Sostenes, Aquila, Priscila, Gallo,
Aristarco, Lucas, Juan Marcos, etc).
10. El adquirir personería
jurídica
Que la iglesia tenga
personería jurídica o sea representatividad ante el Estado; es algo que va en
contra de lo que la Escritura nos dice sobre la función de la iglesia en la
tierra. La iglesia es única, sin compromiso más que con Cristo, por eso Él les
dijo a los primeros integrantes de su iglesia
19 “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo
suyo. Pero ya no sois del mundo, sino que yo os elegí del mundo; por eso el
mundo os aborrece”. (Juan 15:19).
De igual manera Jesucristo
manifiesta su forma de pensar en cuanto a lo que corresponde a Dios y a lo que
corresponde al gobierno de esta tierra; haciendo claramente la distinción que
cada cosa es independiente de la otra
Le dijeron: De César. Y les
dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. (Mateo
22:21)
También el apóstol Pablo nos
dice:
1 “Siendo, pues, que habéis
resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a
la diestra de Dios. 2 Ocupad la mente en las cosas de arriba, no en las de la
tierra; 3 porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en
Dios”. (Colosenses 3:1-3).
Estos versículos, como
muchos otros nos indican que como iglesia en general, no es, el tener representatividad legal ante el
Estado, pues no somos de este mundo.
Lo que hace que las
denominaciones evangélicas adquieran esta representatividad, se debe porque
manejan cantidades de dinero; por las cuales tienen que pagar impuestos al
Estado. También porque tienen propiedades (templos, librerías, radio, colegios,
etc.). Esto produce; que se lleve una administración de escritorio y oficinas,
donde cada iglesia tiene que contribuir con sus impuestos. Esto también hace
que se tengan estatutos internos de cada denominación para su representatividad
ante la Nación.
En la iglesia de Cristo
nunca ocurrió eso. No vemos a un Pedro o a un Pablo con sus secretarias detrás
de un escritorio en una oficina. Ni encontramos que la iglesia tuviera sus
estatutos internos. Lo que ha producido la personería jurídica, es que la
iglesia sea una entidad con fines lucrativos, y eso es pecado.
Hoy, vemos que los colegios
“cristianos” tienen cuotas establecidas para cada estudiante, también vemos que
los locutores “cristianos” cobran un salario por su trabajo, en las librerías
hay empleadas, lo mismo que en las oficinas de la iglesia. La iglesia se alió
con el Estado desde Constantino y desde ahí entro la apostasía que es lo que
permanece hasta el día de hoy en las distintas sectas y denominaciones del
“cristianismo” tradicional.
Se puede y se debe vivir sin
personería jurídica, pues no hay necesidad de construcción de templos, ni de
estatutos internos, ni de todo el resto del paquete que los hombres para su
propia conveniencia y negocio personal han creado.
El Evangelio es como un
cáncer, que va carcomiendo cada uno de los sectores de la sociedad de manera
individual por medio del testimonio de cada cristiano. La iglesia entonces debe
ser un organismo viviente, no una organización humana o institución religiosa.
Lamentablemente la iglesia evangélica, es una organización e institución.
Esto a lo que le da realce
es; al individualismo, pues deja que unas cuantas personas nada más, por medio
de la representatividad institucional den a conocer, no a la iglesia de Cristo,
sino a una denominación particular.
La iglesia está formada por
extranjeros, o sea personas que no pertenecen a esta tierra y que por lo tanto
no tienen alianzas con este mundo corrupto. Cada uno de los que pertenecemos a
dicha iglesia somos peregrinos que solo estamos de paso, no somos permanentes,
pues nuestra ciudadanía está en los cielos.
Amados, yo os ruego como a
extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan
contra el alma. (1 Pedro 2:11)
Mas nuestra ciudadanía está
en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.
(Filipenses 3:20)
Claro está que mientras
estemos en esta tierra tenemos que someternos a las instituciones humanas y al
gobierno terrenal, todo esto implica mantener una ciudadanía con derechos y
obligaciones donde destacan el mantener papelería personal actualizada y en
orden, así como el pago de impuestos ¡pero ojo! Siempre y cuando sus ordenanzas
u obligaciones, no vayan en contra del evangelio de Cristo.
Manteniendo buena vuestra
manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuren de vosotros como
de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras. Por causa
del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados
para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque ésta
es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los
hombres insensatos. (1 Pedro 2:12-15)
Pero la Iglesia (asamblea o
grupo de creyentes) es diferente, pues al único al que debe sujetarse es a su
Señor.
Así que, como la iglesia
está sujeta a Cristo, así también las
casadas lo estén a sus maridos en todo. (Efesios 5:24)
11. El enfoque en las actividades
y no en las personas
La iglesia Evangélica contemporánea emplea todo sus recursos y
esfuerzo humano en la organización de actividades (campañas evangelísticas,
conciertos, cenas conferencias, celebración de Navidad, celebración del día del
padre y de la madre, tardes recreativas deportivas, campamentos, recaudación de
fondos para construcciones, retiros, vigilias, etc).
Mientras la iglesia
evangélica pierde su tiempo en esas actividades, hay mucha gente que no tiene
abrigo, casa y ni siquiera alimento. La iglesia se ha olvidado de las
necesidades particulares de la gente.
En la Iglesia era todo lo
contrario, veamos:
42 “Y perseveraban en la
doctrina de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en las
oraciones. 43 Entonces caía temor sobre toda persona, pues se hacían muchos
milagros y señales por medio de los apóstoles. 44 Y todos los que creían se
reunían y tenían todas las cosas en común. 45 Vendían sus posesiones y bienes,
y los repartían a todos, a cada uno según tenía necesidad”. (Hechos 2:42-45).
34 “No había, pues, ningún
necesitado entre ellos, porque todos los que eran propietarios de terrenos o
casas los vendían, traían el precio de lo vendido 35 y lo ponían a los pies de
los apóstoles. Y era repartido a cada uno según tenía necesidad”. (Hechos
4:34-35).
Hoy, en muchas iglesias
evangélicas en lugar de ayudar al necesitado, estafan a la gente pidiéndole
dinero que no pueden dar por la pobreza en que viven. Nunca encontramos en el
Nuevo Testamento a ninguna iglesia que se enfoque en el hacer actividades, en
llenar calendario y hacer planes de trabajo. No se puede encontrar a Pablo
parándose en tarimas de estadios en cruzadas o campañas evangelísticas. La
evangelización se daba, pero de manera espontánea, según el Espíritu Santo los
guiaba. Hoy, como ya no existe esa guianza, se ha optado por actividades
organizadas donde es el hombre que las dirige y no Dios.
Por ello, es que el
evangelio tradicional de hoy, se ha convertido en un negocio y se necesita de
personería jurídica, ya que se manejan grandes sumas de dinero que entran a las
cajas o cuentas bancarias de cada iglesia de donde se tiene que reportar un
impuesto al Estado.
El Evangelio, va de la mano
con la ayuda social a la gente necesitada. Pablo nos dice:
“En todo os he enseñado que,
trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del
Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. (Hechos 20:35).
“Acordaos de los presos,
como si estuvierais presos juntamente con ellos, y de los maltratados, como si
vosotros estuvierais en su mismo cuerpo”. (Hebreos 13:3).
“Y de hacer el bien y de la
ayuda mutua no os olvidéis, porque de tales sacrificios se agrada Dios”.
(Hebreos 13:16).
Muchas denominaciones
evangélicas hoy; solamente aumentan cada mes sus intereses en los bancos y pasan de fiesta en fiesta,
celebrando aniversario tras aniversario (de caballeros, femenil, jóvenes,
ictus, ancianos, niños, del templo, de la iglesia, cumpleaños personales,
despedidas de solteros, bebí shager, etc). Este tipo de iglesia no se parece en
nada con la iglesia del Señor del Nuevo Testamento. Es una iglesia apostata,
muy alejada de Dios y de los principios bíblicos. ¡Que Dios tenga misericordia
de ella!
Todo esto es producto del
paganismo introducido en la iglesia.
12. El establecimiento de los
cultos
¿Hay algo diferente o nuevo
en los cultos evangélicos? No, siempre es el mismo programa o formato. Primero
orar, luego cantar un himno sentados, luego otro parados, después reciben la
ofrenda de banca en banca, luego cantan unos coros y por último la predicación
y los anuncios. Esa es más o menos la secuencia de la programación de la
inmensa mayoría, por no decir de todas las iglesias denominacionales evangélicas.
¿Quieren saber algo? En la
iglesia de Cristo, ni existían los cultos. Mucho menos cultos programados.
Ellos vivían en adoración a Dios. No iban al culto. O sea, siempre alababan a
Dios en sus corazones y en todo lugar.
Veamos:
19 “hablando entre vosotros
con salmos, himnos y canciones espirituales; cantando y alabando al Señor en
vuestros corazones; 20 dando gracias siempre por todo al Dios y Padre, en el
nombre de nuestro Señor Jesucristo.”(Efesios 5:19-20).
Lo que hacían era reunirse
para tener comunión y de esa manera oraban y alababan al Señor.
42 “Y perseveraban en la doctrina de los
apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en las oraciones. 47
alabando a Dios y teniendo el favor de todo el pueblo. Y el Señor añadía
diariamente a su número los que iban
siendo salvos.” (Hechos 2:42,47).
En sus reuniones no había un
director, ni un predicador ni quienes recibieran la ofrenda. Todo era
espontáneo, no había programación; pues era el Espíritu Santo quien guiaba
todo.
26 “¿Qué significa esto, hermanos? Que cuando
os reunís, cada uno de vosotros tiene un salmo o una enseñanza o una revelación
o una lengua o una interpretación. Todo se haga para la edificación.” (1
Corintios 14:26).
En la Iglesia se reunían los
hermanos aparte de alabar a Dios juntos y tener comunión; para animarse unos a
otros en su fe cristiana.
“Considerémonos los unos a los otros para
estimularnos al amor y a las buenas obras. 25 No dejemos de congregarnos, como
algunos tienen por costumbre; más bien, exhortémonos, y con mayor razón cuando
veis que el día se acerca”. (Hebreos 10:24-25).
En realidad esto de los
cultos programados y en forma de ceremonia en las distintas denominaciones
evangélicas es una copia que se ha tratado de imitar para continuar con la
forma tradicional de alabar a Dios parecido al orden de culto católico y estos
a su vez del antiguo testamento, aunque sea una imitación muy mala, de todas
formas por ser del antiguo pacto ha quedado abolido.
Ahora bien, aun el primer pacto tenía
ordenanzas de culto y un santuario
terrenal. (Hebreos 9:1)
Ahora en el nuevo pacto el
culto a Dios es de manera individual, viviendo voluntariamente una vida santa y
conservando los pensamientos sin pecado y de esa forma adorar a Dios
espiritualmente, sin necesidad de objetos o de santuario (templo), sino de
corazón sin fingimiento ni a la fuerza.
Así que, hermanos, os ruego
por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio
vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis
a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta. (Romanos 12:1-2)
Más la hora viene, y ahora
es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad;
porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu;
y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. (Juan
4:23-24)
Los cultos programados de hoy son imitación de
misas de la iglesia católica romana que todo lo hace estilo ceremonia.
13. La división en Sociedades y
comités
La división nunca es
productiva porque en vez de sumar le resta a la iglesia. Como es una
organización y no un organismo viviente, es que se le ha dado lugar a esto.
Ellos dicen que es porque así se trabaja mejor, cada quien enfocándose en un
sector y en un aspecto determinado.
Pero en el Nuevo Testamento
no se encuentra que la iglesia trabajara de esa manera. Al contrario eran un
solo equipo pues siempre estaban juntos.
14 “Todos éstos perseveraban
unánimes en oración junto con las mujeres y con María la madre de Jesús y con
los hermanos de él.” (Hechos 1:14).
“Cuando llego el día de Pentecostés
estaban todos unánimes juntos”. (Hechos 2:1).
“Todos los que habían creído estaban juntos y
tenían todas las cosas en común”. (Hechos 2:44).
Hoy vemos a la femenil o
damas por un lado, a los caballeros en otro, los jóvenes y los niños por otro.
Todo es una programación donde lo que menos hay es unión y amor entre todos,
pues no se desarrolla la comunión.
Prácticamente es como un
club social pero nunca una iglesia de Cristo. Esto es influencia del mundo,
donde se dividen y forman grupos.
14. La fantasía de los supuestos
milagros
Poco se ve la manifestación
del poder sobrenatural de Dios en esta época. Por eso Jesús desde hace mucho
antes nos dijo:
“Sin embargo, cuando venga el Hijo del Hombre,
¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8).
Esto es una pregunta
retórica que nos hace, la cual ella misma da la respuesta, ¡no! La gente no
confía en Dios ni es hacedora de su Palabra.
Pero cuando la iglesia
iniciaba se vieron milagros grandiosos.
Veamos algunos de ellos:
4 “Ni mi mensaje ni mi
predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración
del Espíritu y de poder”. (1 Corintios 2:4).
Pablo y los Apóstoles no
solamente hacían discípulos sino que demostraban el poder de Dios con los
milagros.
11 “Dios hacía milagros
extraordinarios por medio de las manos de Pablo; 12 de tal manera que hasta
llevaban pañuelos o delantales que habían tocado su cuerpo para ponerlos sobre
los enfermos, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían
de ellos”. (Hechos 19:11-12).
6 “Pero Pedro le dijo: No tengo ni plata ni
oro, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret,
¡levántate y anda! 7 Le tomó de la mano derecha y le levantó. De inmediato
fueron afirmados sus pies y tobillos, 8 y de un salto se puso de pie y empezó a
caminar. Y entró con ellos en el templo, caminando, saltando y alabando a Dios.
9 Todo el pueblo le vio caminando y alabando a Dios. 10 Reconocían que él era
el mismo que se sentaba para pedir limosna en la puerta Hermosa del templo, y
se llenaron de asombro y de admiración por lo que le había acontecido”. (Hechos
3:6-10).
Hoy lo que existe en los
templos evangélicos es oro y plata pero no poder en sus líderes.
12 “Por las manos de los
apóstoles se hacían muchos milagros y prodigios entre el pueblo, y estaban
todos de un solo ánimo en el pórtico de Salomón. 13 Pero ninguno de los demás
se atrevía a juntarse con ellos, aunque el pueblo les tenía en gran estima. 14
Los que creían en el Señor aumentaban cada vez más, gran número así de hombres
como de mujeres; 15 de modo que hasta sacaban los enfermos a las calles y los
ponían en camillas y colchonetas, para que cuando Pedro pasara, por lo menos su
sombra cayese sobre alguno de ellos. 16 También de las ciudades vecinas a
Jerusalén, concurría una multitud trayendo enfermos y atormentados por
espíritus impuros; y todos eran sanados”. (Hechos 5:12-16).
33 “Allí encontró a cierto hombre llamado
Eneas, que estaba postrado en cama desde hacía ocho años, pues era paralítico.
34 Pedro le dijo: “Eneas, ¡Jesucristo te sana! Levántate y arregla tu cama.” De
inmediato se levantó, 35 y le vieron todos los que habitaban en Lida y en
Sarón, los cuales se convirtieron al Señor”. (Hechos 9:33-35).
36 “Entonces había en Jope cierta discípula
llamada Tabita, que traducido es Dorcas. Ella estaba llena de buenas obras y de
actos de misericordia que hacía. 37 Aconteció en aquellos días que ella se
enfermó y murió. Después de lavarla, la pusieron en una sala del piso superior.
39 Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó, le llevaron a la
sala y le rodearon todas las viudas, llorando y mostrándole las túnicas y los
vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. 40 Después de sacar fuera a
todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y vuelto hacia el cuerpo, dijo:
“¡Tabita, levántate!” Ella abrió los ojos, y al ver a Pedro se sentó. 41 El le
dio la mano y la levantó. Entonces llamó a los santos y a las viudas, y la
presentó viva. 42 Esto fue conocido en todo Jope, y muchos creyeron en el
Señor”. (Hechos 9:35-37,39-42).
Hoy en las iglesias
conservadoras no se ven esta manifestaciones. Todo lo contrario ocurre en las
iglesias neopentecostales donde ciertos hombres “supuestos siervos de Dios”
realizan supuestos milagros o cosas
asombrosas.
Sin embargo, con otras
muchas manifestaciones que realizan, que tampoco tienen base en las Escrituras, quedan
desenmascarados ellos mismos como falsos. Pues entre otras cosas, botan o tiran
a la gente y hablan palabras inentendibles y además con griterío de una manera
desordenada. Los Siervos de Dios en toda la Escritura nunca hicieron esto.
Estos son los falsos profetas de los que nos habló Jesús:
15 “Guardaos de los falsos
profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero que por dentro son
lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los
espinos o higos de los abrojos?” (Mateo 7:15-16).
22 “Muchos me dirán en aquel día: ‘¡Señor,
Señor! ¿No profetizamos en tu nombre? ¿En tu nombre no echamos demonios? ¿Y en
tu nombre no hicimos muchas obras poderosas?’ 23 Entonces yo les declararé:
‘Nunca os he conocido. ¡Apartaos de mí, obradores de maldad!” (Mateo 7:22-23).
Lo que hacen estos hombres
hoy, “supuestos ungidos de Dios” es puro espectáculo; solamente para atraer a
las multitudes y sacar provecho de ellas con el dinero que depositan en los
canastos o sobres de ofrenda; pues reciben miles de miles.
1 “También debes saber esto: que en los
últimos días se presentarán tiempos difíciles. 2 Porque habrá hombres amantes
de sí mismos y del dinero. Serán vanagloriosos, soberbios, blasfemos,
desobedientes a los padres, ingratos, impíos. 5 Tendrán apariencia de piedad,
pero negarán su eficacia. A éstos evita”. (2 Timoteo 3:1.2, 5).
Y muchos seguirán sus
disoluciones, por causa de los cuales el
camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de
vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la
condenación no se tarda, y su perdición
no se duerme. (2 Pedro 2:2-3)
Lamentablemente la gente por
ignorar lo que dice la Escritura se lo cree todo y se deja engañar fácilmente.
No cabe duda que estamos en los últimos momentos de la historia de la Verdadera
Iglesia.
En esta iglesia no nos
dejamos guiar por lo que vemos, ya que: Porque por fe andamos, no por vista (2
Corintios 5:7)
Además entendemos que los
días del Hijo del Hombre y del inicio de la iglesia fueron especiales y únicos
de la historia.
Y dijo a sus discípulos:
Tiempo vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo
veréis. Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis. (Lucas
17:22-23)
Por lo tanto no debemos
creer ni asistir a esos supuestas cruzadas y sanidades de poder y milagros,
pues la verdadera iglesia es la que guarda la Palabra del Señor.
Yo conozco tus obras; he
aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar;
porque aunque tienes poco poder, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. (Apocalipsis 3:8)
Conclusión:
Jesucristo está a las
puertas. Salgamos de las denominaciones, sectas y religiones que todas en sí
conforman la gran babilonia o gran ramera.
Salid de ella, pueblo mío,
para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas;
porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus
maldades. (Apocalipsis 18:4-5)
¡Entremos, en ese remanente
escogido de hombres y mujeres fieles a Él, antes de su segunda venida! LA
IGLESIA DE CRISTO.
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